Aunque el calor y el frío pueden darle al cuerpo una gama inacabable de sensaciones, hallar deleite en cada una de ellas tampoco es algo seguro y menos cuando además de la sofocación o la frialdad del clima, parece que ambas tuvieran algo que ver con que la mayoría de encuentros que ojalá fueran inacabables se reduzcan a despedidas que más tarde terminarán por romper hasta el último vínculo.
miércoles, 27 de mayo de 2009
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