viernes, 5 de junio de 2015

Sami

Sami:

Con mi mami íbamos a todas partes, ella me cogía de la manita para cruzar la avenida de la Prensa y me decía:
-ojalá fueras siempre chiquita.
Y yo para complacerla...

Mi mano cabía entre sus dedos medio y pulgar. Ahora mi mano ya no cabe en la suya, pero sus manos son el molde de las mías: manos de dar, de crear, de ir a todas partes, de sembrar violetas, de seguir las líneas en las páginas de los libros, de escribir las palabras justas, de filtrar café en la chuspa, de acariciar el mundo en sueños que se cumplen... manos de tocar nubes.

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