domingo, 26 de abril de 2020

Cuadragésimo primer día

Iniciabamos con la cobra dominguera cuando sonó la campana ¡la dulzura! una viejita vecina nuestra nos había horneado un pastel de manzana, el más rico que he probado en mi vida, no soy fan de las manzanas pero el cariño con que Christiane lo ha hecho es conmovedor. El aire nos ha renovado la energía que llevaba mucho tiempo sin fluir. Espero que en mi país la esperanza se mantenga pese a tanta adversidad, cómo duele. Más tarde, nuevamente la campana, Edith nos ha hecho unas tortillas de zuquini, qué día de suerte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias

Une moderne Olympia

  Hace unos meses lloré tanto en una terapia que sentí que se me había secado el alma, no volví a llorar desde ahí, hasta hoy frente al cuad...