viernes, 5 de junio de 2020

Octogésimo primer día

Mientras ella comienza a decir "blau", "mamita", "teta", voy avanzando yo también en cumplir un propósito que hace un año debía haber culminado, y aunque no voy a la velocidad que me gustaría, me permito respetar mi propio ritmo, el ritmo que me marcan las circunstancias. He tenido que dejar temporalmente a un lado algunas cosas importantes, pero tengo un referente: mi mami, ella también vivió así la culminación de su formación académica y lo logró y luego logró tantas cosas más. Hoy durante la ruca vespertina de la Sofi, leyendo unas cartas del cronopio mayor, descubro que hace unos años estuvo por aquí, en Auvers sur Oise, pasó por la esquina de mi casa, la Casamarilla es testigo del andar de muchos maestros, de mucha gente buena, me alegró tanto saberlo porque así sé que en mi jardín una flor es un cronopio y también viceversa.

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