domingo, 22 de febrero de 2009

El tiempo

El tiempo, el del reloj, va marcando compases distintos a los de la sangre en el cuerpo; ambos, reloj y sangre son hallados como metrónomos del tiempo: "el tiempo midiéndose a sí mismo". 

La sangre marca un ritmo, el respirar marca otro ritmo, el andar, el parpadear, igual que el segundero, pero con velocidades distintas y también con intensidades diferentes, todo a la vez: y mientras tanto el clima aumenta sus grados cuando más "yos" y más "otros" se acumulan, demasiados ritmos, sin ritmo, vaivenes sin a dónde ir ni de dónde venir, respiraciones confusas, inhalaciones de ruido, exhalaciones de dudas.

Despedida

El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...