lunes, 22 de septiembre de 2014

Pequeña plaza

Señor cantor ha entrado en una plaza buscando el nosequé que fue mi suerte. En la misma plaza estaba yo husmeando en el cielo alguna nube, había olvidado esa manía suya de esquivarme y salté de alegría por encontrarlo, aunque no fuera cantando, o tal vez porque esa plaza, a la que él ha entrado y donde yo husmeaba, era tan pequeña que ese solo salto bastó para llegar a él, que buscaba mi suerte, un noséque que no pudo esquivar.

Y así se reducían diez años en un segundo, porque vale anotar que no duró más el abrazo, no diez años sino un segundo, y fue sin embargo un abrazo eterno. Y cuando se dio cuenta de que no pudo esquivarme y yo de que salté sin pensar, dijimos buenas tardes cómo está usted bien gracias siga nomás. Pero con la eternidad aún vibrando en los brazos él halló el nosequé que buscaba que fue mi suerte y yo volví a mi labor menos seria de escribir informes, ninguno sobre nubes.

Mis informes no terminaron tan pronto como su nosequé, porque es costumbre nuestra el destiempo, miró por la ventana mi quehacer y nebuloso se fue.

El que no cante siempre no le quita lo cantor, pero es un señor siempre, a quien pretendo abrazar con letras cuando olvide que me esquiva. Buenas tardes adiós.

Lenguas

Que abrazan
Que queman
Que prometen
Que buscan
Que transforman
Que permiten
Que besan

jueves, 18 de septiembre de 2014

Pequeño príncipe

La noche de ayer después de mi lectura en público del texto "La Cantariega" un hombre se acercó a mí y me dijo que mi texto le recordaba al Pricipito, y me preguntó cuál sería para mí la rosa, esa rosa sutil que él tanto ama, y que debe dejar y volver a ella, le dije que se llama Sebastián, es la rosa que dejé, que no puedo proteger ni cuidar pero que cada vez en cada parte del mundo encuentro su esencia. Sí así se llama el ser al que más quiero en el mundo, se llama Sebastián.

martes, 16 de septiembre de 2014

Las obras


“Tapetes”
Tapetes: Pieza de adorno con formas florales. Hecha a mano.
Levadura de pan: Microorganismos unicelulares importantes para descomponer cuerpos orgánicos.
La habilidad de quien entrelazó hilos y horneó pan se va perdiendo en el tiempo y esa labor se descompone dejando olores, sabores, sensaciones y formas.
Mi abuelita: una de las flores-mujer de mi vida, la que tejió… hoy se transforma. 
Melanie Vicuña
"Geranium transaparentem" 
El geranio es una flor ambivalente, que denota diversas emociones, ya sea por su aroma, tallo robusto o por sus delicados pétalos. 
La obra evoca la fragilidad de los geranios a través de sus pétalos caídos y ramas marchitas que son detalles olvidados de la cotidianidad. Partiendo de esta concepción, los pétalos y ramas tendrían su lugar en una base ligera de goma blanca aludiendo a su sutil y fugaz vida.

Isabel Albornoz

“Ultopía (o el perfecto último segundo de paz entre buganvillas)”

Recuerdos etéreos de sus pétalos batiéndose con la brisa
bruma que surge de la nada y los vuelve presentes
susurros que acompañan su delicado perfume,
llegan inesperados,
inundan tu alma,
huyen con ella.

Santiago de la Torre


"Hierbitas de mi alma”

Esta obra nace de mi experiencia de sanación con cuatro plantitas medicinales de la Madre Tierra. La manzanilla, taraxaco, tilo y llantén, cada una tiene un propósito de sanación, el desinflamar, cicatrizar, limpiar, dar energía al cuerpo. En mi caso la sanación ha sido justo con mi quinto chakra "Vishuddha- garganta- color azul", por tal razón es que las siluetas van sobre fondos azules y a partir de este fondo central se juega con los colores de las plantas, sus tonos verdes, amarillos y blancos, colores que guardan una energía, la misma que influye en nuestro cuerpo,  en nuestro interior, en nuestro fluir. Mi obra es una gratitud y muestra de  un pequeño pero valioso atadito de las "Hierbitas de mi alma”.

Elizabeth Yerovi

“La Cantariega”

Una andariega del mundo que canta si pinta, si escribe, si sueña. Ha preguntado a las flores sobre sus raíces para comprender que ellas, que simbolizan sus más valiosos lazos, no creen en fronteras ni en geografía, sólo florecen en la fertilidad del universo, de la música, la poesía y el color.

Un homenaje a mi hermana Claudia Noboa a cuyo canto intenso y gótico úno mi voz, mis letras, mi amor infinito.

Vanessa Padilla

Flores del mundo. Correspondencias París-Quito

enero – julio de 2014


-¿Creen que los aromas de las flores pueden cambiar de acuerdo a cómo les da el sol?… tal vez las flores del mundo no cambian su aroma o su esencia… ¿a qué huelen las mejores flores de su alma? Respiro el sol suyo desde acá.

Vanessa Padilla
vannesapadilla@gmail.com



-Quizás su aroma cambie sutilmente pero en esencia su "ser" siempre será el primer aroma que perdurará por mucho tiempo. Las flores del mundo quizás por cómo les da el sol deben tener las primeras sinfonías del aroma que perdura sutil y superficialmente, lo maravilloso es que cada flor posee su propio aroma y aunque sean de la misma clasificación, yo he percibido, he olido, que son distintas al igual que sus colores aunque a simple vista parece que tienen el mismo color, siempre están los matices, la gradación, uno sabe que el aroma y el color es único en cada flor. La flor de mi alma posee matices del sol de aquí, las ilusiones o las metas y la esencia de lo que soy.

Isabel Albornoz
maisabass@hotmail.com


-Hubiera querido tener el olor del viento en las noches estrelladas del verano en Quito. Recibí el pedacito de una amiga. Me llegó a través de una carta escrita a mano, con tinta azul y unas piedras turquesas profundas con vetas que también escriben algo con seguridad. Estas letras no vinieron solas vinieron con colores, con pinceladas. Imagínate abrir un sobre y encontrarte con todo esto. Pero no termina ahí la cosa, otro día, me llegó una flor con más palabras, pura esencia de esta amiga a quien extraño y que me manda fragmentitos de su vida en sobres blancos. Yo quiero tejer ese proyecto contigo va a ser una nueva forma de compartir. Será un reencuentro.

Melanie Vicuña
melanievicu@hotmail.com


-¿Escuchaste la canción? ¿Te gusto? Bueno pues habla mucho de justo como nosotros o al menos las abuelitas utilizaban mucho las plantitas medicinales nuestras para sanarse, me imaginaba lo dibujos con partes de la canción escritas alrededor o no sé si bordadas eso no sé bien aún, o de fondo el audio o la grabamos cantando nosotras. Abrazos de flores, con dulces olores.

Elizabeth Yerovi
elibertaym@hotmail.com


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lunes, 15 de septiembre de 2014

Flores del Mundo

Santiago de la Torre


Cuando las musas se divierten,
tejen cantando y se transforman
cantan cosiendo y se reconcilian 
cosen llorando y se fortalecen
lloran pintando y se curan

Cuando caes en el abismo,
son sus canciones hiladas en las nubes
las que se entretejen para rescatarte y enseñarte a volar
Cuando tu aliento se congela,
son sus poemas cosidos con el hilo infinito del universo
los que calientan tu corazón y despiertan a tu niño interior
Cuando necesitas una última razón,
llegan con ritmo iluminado sus puntadas líquidas
que con su especial cadencia inundan de perfume tu vida
si, son las Flores del Mundo
Almas vaporosas, plumas que se elevan inspiradas,
que susurran cariño y comparten un delicado hilo creativo 
que envuelve al mundo con sus ondas

A Dora

Dora:
De tus susurros vienen mis letras, y de mis propios miedos viene la incertidumbre, cuando llego al salón lleno de niños a contar tus historias, brillan sus ojos, y brillan los míos.
La magia en tus cuentos cubre mi corazón de valor, pongo mis miedos en un sobre vacío, y el sobre vacío se queda.

Te abrazo maestra de las letras chiquitas.


domingo, 14 de septiembre de 2014

Sueños

Si son los sueños quienes construyen mi realidad no cumplida, gracias les daría si abandonaran la necedad.

martes, 9 de septiembre de 2014

Canción frágil

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Enmudece amordazado mi impulso al iniciar su afonía más obstinada; me congelo en una ley de hielo rigurosa, profunda, penetrante, pertinaz y húmeda.

Shhhh… taciturna cierro la boca y los sentidos, abro silencios, desmorono mis voces afiladas, callo elegías y apago susurros. Cantar es estar casi-muerta, casi-viva, intentando arraigarse en los abismos incómodos en los que sólo la noche desvela el para qué y el cómo que nunca aprendí a resolver, sobre todo cuando la luna menguante sobrecogida en tarareos entona más silencios que mis propias endechas. ¿Dónde se acaba el límite donde soy y empieza a ser el otro?, sin duda no hay un respiro en ese lapso, tal vez haya sólo un ahogo.

Con un frívolo cerrar de ojos quito el habla a mi lluvia de ideas despojadas de sentido, intento una historia callada, de palabras sigilosas, de ideas dormitadas, de letras roncas, de gritos vedados. Cantar ahora está demás y aunque estuviera demenos confieso que mi mudez inconsciente e inconstante es a propósito aunque no haya nada en mente.

Hablo intentando doblegar ordenadamente una historia en la que tampoco digo nada; encuentro en elegías el silencio estridente que retumba cada noche, sobre todo cuando la luna agonizante conmovida de silbidos desafina más calmas que mis inconfundibles sollozos. ¿Dónde se inicia el recorrido del a dónde voy?, ¿cuándo podré decir que pronto llegaré? sin duda no hay un camino de reserva, tal vez me he sumergido ya en un complaciente andar descalza por caminos sinuosos. Es difícil cantar una canción tan frágil cuando es a ellos a quienes no alcanza mi ser, son lo que no puedo decir, a lo que no puedo ni levemente penetrar.

Frialdad sin mesura, una ley de hielo rigurosa, profunda, penetrante, pertinaz, recalcitrante y húmeda. Me congelo. No habrá reparo ni vista atrás, el recorrido será a tientas, shhhh…

Lánguida abro la boca y los sentidos sin obtener resultado alguno, cierro silencios, compongo mis voces extenuadas, callo alegrías, despojo susurros, canto bajito porque se parece tanto a callar y lo hago deseando escuchar el aire de mi cuerpo en los abismos incómodos de soledades anunciadas una y otra vez.

lunes, 8 de septiembre de 2014

MUSICA (good bye)



¿Cuántas cuerdas afinadas a un no-quiero? Suman trescientas  sesenta y cinco desenvueltas en sí mismas, todas rotas, moribundas, vibrando en caricias que no son a mí. Un aliento de silencio, una canción callada, un callar silencioso, un aliento de canción y una canción sin aliento. Una sordidez impropia para quien existe sólo cuando suena. La que debió ser caricia no quiso serlo, pero no basta con tener labios para ser beso. A usted le faltó piel ¿quiere la mía? Quién sabe si me alcance el tono para comprar a 25 centavos una funda de besos, son sólo 2 gotas de azúcar por porción, y no sé si mil porciones serían suficientes para tantas notas absurdas, para tanto desapego. No podrá negar que en el otro lado lo había escrito con un marcador que le hacía permanente el mensaje, pero si eso no le importó, es seguro que unos días después tal vez dude un poco nuevamente porque donde los besos serían tragados se desprendió cada segundo de un par de años sin medida. Apartados los disgustos ya no me sorprende nada, porque nada es todo lo que entiendo, aunque haga un esfuerzo en el que para mi no resulta posible seguir sumergida y es que cada vez queda menos el sabor del sonido sin saber a dónde va o si intenta que todo deje de ser demasiado obvio. Ahora quedan sólo seis.

viernes, 5 de septiembre de 2014

CARTOGRAFÍA DE PIES A CABEZA




“…a propos beso, el viernes pense en la mañana que voy a leer tu texto como titulo del dia.
y soñando en ti y perdido en el texto paso el dia. pienso en ti”.
Thomas Pressler

Aquí intento zambullirme en la humedad de un cuerpo: cuando su sequedad me asfixia me hundo en una piel mientras ésta palidece.

No habrá respuesta a la mordida en un cuello adormecido que no siente el cosquilleo de una caricia, por eso empezaré de mayor a menor por los dedos de los pies. Un cuento leído jamás o un poema de versos cruzados que no empatan con nada; una voz afónica que no entona más que susurros ininteligibles.

El azúcar pretende endulzar un café que se rehúsa a ser ultrajado más allá del tiempo que el agua tarde en hervir o la boca en sorber la temperatura alta de los asuntos interiores, el aroma ya no será el de la niña que se mantiene soplando y jadeando una idea jamás cumplida o que se abriga en la misma cobija desgastada donde los conejos ninguna vez vomitados y los te quieros nunca dichos fueron acogidos con tristeza; las obras no realizadas, las palabras no pronunciadas, frases que fueron escritas en el aire y no en un papel, el desfile de mentiras que se creen y también no, un piano sin sus teclas negras, sin sus medios tiempos, los tobillos torcidos, los pasos mal dados… mi propia caligrafía.

Mil vocablos sin tibia voz que otorgue significaciones a los discursos, con un tiempo inconstante de nomenclaturas inversas, un segundero de nombres impropios, minutos de pactos hablados, el maquillaje de la humedad sin rocío, decepciones por llevar a cabo, pantorrillas arrancadas, muslos apretados, secreciones de distinta consistencia, la frase de un léxico compuesto sin poética, un sudor sin piel que madura arrullando una fiesta de articulaciones vanas, de coyuntura absurda; el muestrario de una colección que pinta con los dedos (de la mano) el repertorio cantado de los efectos en movimiento que producen hastío y brusquedad en lugar de placer, más tarde toma parte la actuación que pugna un riesgo de andar por la vida despojada de quereres, con las rodillas desgastadas y los muslos fatuos, componiendo con sustancias propias del cuerpo el aislamiento de cada asunto interior entre caricias y pudores.

Seiscientos cincuenta y dos palabras tiene el mensaje que no quiero decir de la misma manera, y me obsesiono sesenta y un veces por minuto, pero mi texto sigue fragmentado, partido y manoseado tres veces más; como cánulas que al escribir una historia componen miles de ellas, como piezas del mismo rompecabezas que no logro armar, como el trayecto del mismo laberinto en el que estoy perdida.

Un abrazo parido sin dolor, impresiones en serie, el afecto al roce del tacto, el ombligo tiene un toque de dureza y desapego. El camino perdió su senda, se fue por un simple atajo. El cruce del carril tiene un pasaje de andanza y un vagabundeo a ritmo de trote. La cuesta se baja rodando en un escurrido desentierro del vientre. Los pechos llevan entre sí al agujero del vacío; se ha barrido la travesía y desempolvado las madejas, el carrete de mi ovillo enrollado sin bobina es mi cuerda, mi tendón, mi cordón.

La ansiedad de la caricia despertó una agitada sensibilidad en la piel del cuello, a tal punto que el rostro abrió sus fauces ¿por qué ir en busca de un diálogo si no hay conexión ni pauta?, debe haber un escenario para cada delirio, y un desatino para cada espacio. Desatinos, delirios, espacios y escenarios. No quiero ubicar personajes, ¿para qué quiero una situación? Sólo necesito un tiempo que invierta su propia acción y un estruendoso silencio para sentirme rumorar desde adentro, para beber las palabras y escuchar con los ojos cerrados aquella voz: aletargada, entorpecida, imperturbable, desvanecida, pasiva, indolente y mía.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Flores del mundo

« -¿Creen que los aromas de las flores pueden cambiar de acuerdo a cómo les da el sol?… 
tal vez las flores del mundo no cambian su aroma o su esencia… 
¿a qué huelen las mejores flores de su alma?»
Lo que inicia merece ser llevado a cabo.

Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...