miércoles, 7 de septiembre de 2022

Los colores de la humanidad

 


He desenterrado y parido 6 generaciones de mujeres que me parieron a mí, 

para descubrir que la paleta que pinta mi humanidad tiene:

el azul del miedo, 

el negro de la incertidumbre, 

el blanco de la perplejidad

el carmín del abandono 

el cobalto de la culpa

la transparencia de la soledad

el lavanda de la dulzura

el jade de la nostalgia

el ámbar de la pasión  

 

y el verde-viento

y el amarillo van Gogh

 

las canas de mi pelo, 

el marrón de mis ojos, 

la palidez de mi piel, 

el gris de las tormentas de las que no me sé guarecer, 

esa sangre muy roja que menstrúo y que germina mi suelo, 

donde quiera que me asiente florezco, 

cuando me marchito, me siembro.

 

el carmesí de las heridas que tardan en cerrar porque no las sé abiertas, 

el polvo de la tiza de enseñar, 

el beige de la leche que no recibí pero que aún tengo para dar.

 

La puerta que quiero abrir es turquesa, 

porque no tiene candado, 

para caminar hacia ese arcoíris que es la muerte o es la vida.

 

Mis mujeres, que son mis madres, que son mis hijas

tejieron colchas y trenzas

se abrigaron con chales y ponchos, 

sanaron con hierbas, 

sembraron, tostaron, molieron y filtraron café, 

y se lo bebieron con llanto y pan, 

Re-conocerlas me revivió el sueño `

que no realizaba por miedo a perder su amor

Pero el tiempo es un caracol, 

y está bien estar loca

 

En las calles pongo mi sombrero y canto,

honorando a las que fueron para que hoy sea yo.

 

Mija, la puerta no tiene candado.

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