lunes, 31 de octubre de 2011

en la fotografía Claudia Noboa Venegas (DRA)

Maestra de luz:
"Vamos a triunfar" ¿significa que lo haremos cantando?

EL SONIDO


“El corazón se le pondría en marcha, en un vals, oiría valsear su corazón, trabum la la la, trabum la, la ,la, re mi fa do pan, pan”.

Samuel Beckett

El andar estridente del reloj perturba tanto o más que el goteo de una llave mal cerrada: un ritmo lento, desesperante, ostentoso que se amplifica cuando el silencio es más penetrante aún que el desaliento.

No hay atmósfera alguna que se libre del tono oscuro y melódico de una boca que no sabe cuándo callar, en esa indiscreción hay una entonación lenta dominada por el sonido de una voz hueca que explora en las letras y la música, la soledad, el extravío, la carencia y el deseo.

En un cerrar duradero de ojos empieza a sonar hasta la sangre que corre por las venas y es posible sentir su ritmo acompasado con la respiración que modula su cadencia según la agitación que el aire provoque en el deleite de un recorrido como en el que Laurie Anderson explora diversos campos que van desde la música hasta los medios audiovisuales, su juego de sonidos y su narrativa están inmersos en una vorágine tecnológica de exploración inacabable.

Crear un atractivo y seductor susurro para el oyente no es un incentivo, pero si lo es el aprehender a identificar el momento oportuno de cerrar la boca o de abrirla; tartamudear es el punto de partida hacia una mudez entrecortada, a la incertidumbre sin argumento y al vaivén del hablar.

La voz y los conejos de Cortázar provienen del mismo origen, de ahí la intensidad firme y lánguida con la que el canto manifiesta su sagacidades y su conexión con la sensibilidad de quien buscara (con o sin éxito) en la música el lenguaje apropiado para develar percepciones.

domingo, 30 de octubre de 2011

El texto

Cuando la prosa lleva un mensaje artístico, puede alcanzar la expresión poética porque se enriquece con imágenes y figuras retóricas; incluso puede llevar cierta musicalidad como resultado de la armoniosa colocación de acentuaciones y aliteraciones.

Aliteración aparece cuando se usan letras de sonidos iguales o parecidos en palabras contiguas, con el propósito de lograr un efecto acústico.

La retórica es el arte del bien decir, esto es, el conjunto de recursos y figuras que usan los escritores con el propósito de embellecer la expresión de los conceptos, dando tanto al lenguaje escrito como al lenguaje hablado, la eficacia que necesita para que pueda deleitar, conmover o persuadir.

El poeta cubista francés Guillaume Apollinaire fue creador de los “caligramas” a través de los cuales pretendían pintar con las palabras y sugerir figuras acordes al contenido de la obra.

jueves, 27 de octubre de 2011

Los grandes maestros nunca mueren, sólo cambian de traje, y de la manera más amorosa le rindo un homenaje sensible al maestro Hugo Chiliquinga, luz y progreso para su corazón.

miércoles, 26 de octubre de 2011

“Quiero oler a café”



Voy a tomar la primera taza de café, quiero tratar de que lo dulce que pueda haber en mi, se pierda en esta taza o en las demás que deberé tomar mientras me dure la noche, hasta que los poros de mi piel expidan el olor amargo del café sin azúcar, para dejar de oler a niña aunque no pueda dejar de serlo.

martes, 25 de octubre de 2011

EL TEXTO

Las palabras que rehuyen y se arrinconan aún más en espacios recónditos cuando saben que deben estar listas en poco tiempo, son reservadas para un manuscrito que compone con rasgos de intratable temor las frases que musitarán un callar provocado de manera insegura, otra de las causas por las que cada noche son necesarios papel y lápiz en exceso para decir por escrito lo que no se puede decir por hablado; una excusa para buscar silencio y gritar a la vez. Dos tapones (uno a cada lado) filtran el ruido en la espera de la hora precisa en la que todos duermen: ausencia imprescindible para iniciar el primer rasgo.

Separadamente se puede abordar un apunte entrecortado como la voz nerviosa; la soledad y el silencio tan difíciles de hallar, llegan retraídos a pintar el papel con formas (como los caligramas de Apollinaire), con un solo color, preferiblemente negro.

No tengo ambiciones ni deseos. Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo”. (Fernando Pessoa)

Los apuntes se intercalan jugando: sube un párrafo, baja el otro, la posición de cada parte es incierta y a veces discontinua, pero la aproximación a ese estado de desnudez en la que se evidencia la intimidad de cada instante se abandona y en silencio sólo suena el paso del lápiz sobre el vacío cuando las letras se vuelven parte del cuerpo o el cuerpo intenta volverse letras; sensaciones que recorren el espacio que antes estuvo en blanco y donde ahora ellas pueden bailar entre prosas y retóricas.

lunes, 24 de octubre de 2011

“Juego de palabras”

Esto es sólo “un juego”, y en este término es donde se justifica todo, es un espacio de sinsentido donde la argumentación está dada en que el inicio y el fin son solamente la unión de fragmentos inconsecuentes que se anulan en la repetición constante del intento de determinar las reglas de aquel todo, que es sólo un juego. Habrá que construir una secuencia de fragmentos inconclusos e indeterminados, contenedores de huellas y sensibilidades que serán anuladas en el repetitivo pisoteo inevitable al que estas piezas se hallarán sometidas por ser una metáfora de la cotidianidad que se representa a través de un juego de palabras que juegan a los roles del azar sin que haya un premio más allá del juego en sí mismo, jugando por el reconocimiento del yo como triunfador, como no-perdedor, como quien vence para no ser vencido. El jugador buscará ganar y lo hará porque aunque haya que fragmentar, los fragmentos se cortarán hasta no quedar parte posible por dividir, ese será el fin del juego, aunque el fin sea aquí sólo el punto de partida. El discurso puede formarse de la manera que sea, sólo necesita de aquel ingrediente tan bien manejado en sectores determinados del espacio artístico plástico: PALABRAS, cuando las tenemos muchos solemos procurar hallar verbos, de preferencia regulares que se conjuguen en tiempos simples o complejos, que se combinan y por medio de derivados verbales forman frases de modo infinitivo e indefinible. (Es esencial en muchos casos hacer énfasis en acentos y tildes para evitar ambigüedades gratuitas, aunque a veces pase por alto el mal uso de jotas, ges, yes, elles, ces, eses, zetas y demás).

REGLAS: Este es un juego de sonidos, si no los escucha ahora, probablemente no ha cumplido aún con los requisitos de frecuencia de la unidad de cualquiera de las partes de los períodos iguales de tiempo en que se marca el ritmo de las frases. Existe un número determinado de ondulaciones de un movimiento vibratorio que necesariamente usted debe receptar para poder iniciar esta partida, si sus sentidos no la perciben, por favor, inténtelo más tarde. En caso de que haya cedido a estos agentes, debe tener muy en cuenta las señales de reglamentación con las que se marca un sinnúmero de prohibiciones y obligatoriedades.

Usted puede tomar estas fichas y colocarlas en el sitio correspondiente según el discurso con el que se envolverá la piel para protegerse de sus competidores que intentarán formar series de frases extensas para cubrirse también. No olvide que desde este punto (.) usted es un jugador más y está propenso a retozar; su objetivo es ganar; el juego siempre ha sido parte de su naturalidad y ahora lo es también de su artificialidad. El triunfo depende de la estratégica astucia con la que logrará invertir las reglas de este juego de sonidos que si no los escucha no quiere decir que no están sonando. Si los sonidos lo envolvieron hasta que su pie marque el ritmo con un leve golpecito contra el suelo, usted pasa a un nuevo nivel, el de las luces, aquí es donde usted deberá manejar las sombras para ocultarse y/o mostrarse en ellas según corresponda, los co-jugadores procurarán usar las luces para evidenciarlo en sus fallas y para recalcar reiteradamente las transgresiones, (por mínimas que sean), que usted realice dentro o fuera del juego. Los otros sabrán usar también las sombras para verlo de mejor manera, es esa una de sus estrategias, han aprendido a ver del lado oscuro, por lo tanto por más que usted se oculte, igual será observado, aprenderán de sus tácticas y su desenvolvimiento deberá ser más cauteloso.

Para continuar deberá tomar el dado de la ficha 21 que contiene del 1 al 6, láncelo y según el número que el azar le haya otorgado sabrá si un número par o impar es quien dirige la disciplina emocional con la que usted acepta que sea una caja de números la que decida cuánto avanzar o retroceder.

El número 1 quizás sea el más apropiado cuando sienta la necesidad de ser el único y el primero, en el tres hay un sub-juego interesante de ocultar y seducir cuando el 1 y el __ han llegado a la monotonía, ahí es cuando el 3 aparece tratando de eliminar al __ usando a la demencia como recurso para no dar explicaciones; el 4 tiene estaciones cálidas y frías que pueden contrastar una muy deliciosa piel morena con la excesivamente pasiva tez blanca que ojalá se junten en el 5 de los sentidos para que el juego vuelva a los sonidos, siga a las luces, llegue al nivel de los aromas y saboree la sal que las pieles contrastadas expiden cuando acarician; si el número es el seis, ha conseguido la numeración más alta, aquí la fortuna es relativa, si cree que todo es mejor en gran cantidad, abandone el juego ahora, hágalo de cualquier manera porque ninguna de las escaleras con las que pasaría de un nivel a otro se encuentran disponibles a menos que pueda volar, si usted sabe volar no puede jugar este juego porque está diseñado para quienes se mantienen en los límites establecidos, de ahí que las reglas tienen la importancia que tienen, si usted vuela podrá atravesarlos sin ninguna imposibilidad, entonces el juego dejaría de ser juego. Si usted se halla sometido a las reglas, las trampas que ha hecho desde el inicio lo descalifican irreversiblemente, porque al no escuchar ningún sonido, usted no estaba preparado para empezar. Usted no debió haber continuado. Seguramente tampoco pudo realizar el lanzamiento del dado, ni atravesar niveles sin volar y sin escalera.

Este juego no está hecho para usted, pero no se aflija, es solamente un juego que podrá reiniciar cuando quiera hacerlo y si es que lo quiere hacer, mientras tanto usted ha perdido, esta vez le ha ganado un juego de sonidos, de luces, de azar, de paciencia, de palabras y de sensibilidad, un discurso más, construido igual que cualquier otro, con una intención, pero sin ningún fin.

domingo, 23 de octubre de 2011

Color

Para el arte el mejor acercamiento al color y las formas parece estar fuera del aula, incluso fuera del lienzo, lejos del pincel, pero volver con el pincel directamente al lienzo es la manera perfecta de plasmar un mundo de maravillosa e incesante vibración.

sábado, 22 de octubre de 2011

La palabra como vínculo

Eso que tú eres, es un sonido que mi idioma no abarca, que mi contextura no sostiene, eres lo que mi boca no sabe pronunciar. No te ubico ni en un sonido gutural, pero sí que vibras y mi cuerpo entero lo hace contigo. Canta, hazlo, y luego calla, porque del silencio surgen los adjetivos con que puedo nombrarte intentando, sin éxito, darte una definición. Cuando las palabras no alcanzan para nombrar algo es cuando se ha llegado a lo poético, esas letras que nos unen no tienen lengua más que aquella que lame los sonidos de lo que no alcanzamos a decir, con tu voz o la mía, con cualquier canción.

“Historia de trapos”

Nada está listo para empezar. La vela no servirá hasta encontrar unos fósforos que dejen de estar mojados. En vez de encenderse se derriten y es extraño porque lo han hecho sin entender al calor que no les ha ocurrido. Yo soplaba para ayudarlos pero los mojaba más porque perdí el control que deja la saliva dentro de la boca. Debí rehabilitar al control con ejercicios constantes de bocabierta repitiendo una y otra vez hasta que decidí con la garganta seca que era muy cansado intentar deshumedecer algo cuando sólo puedo concentrarme en los nuevos fósforos que podría comprar para evitar el desgaste.

La vela por fin se consumía goteando a un ritmo diferente al agua que se aceleraba de acuerdo a los giros que haya dado la llave, y de alguna manera la candela no se movía al ritmo de la cera que goteaba espesa; mientras tanto busqué en la caja de hilos la aguja perfecta (pero todas eran para coser), debía hallarla antes de que se descosiera la boca y empezara a hablar con esa voz estridente y desarticulada que quién sabe qué podría decir.

Sostuve con algodón la aguja que se enrojeció con el calor ¿cómo podría explicar que era preciso pincharme los pies para sentirlos sin que suene muy agudo? quien me escuche debería usar los filtros de agravar que desesperadamente construyó alguien que quería quererme pero mejor se dedicó a esquivar estados de exaltación.

Mis pies estaban dispuestos, eran sus dedos los que desordenados se cambiaron de lugar. El anulador estaba en medio, el medio en el final, el indicador dio un salto izquierdo, los demás extraviados no supieron volver al sitio y en medio del caos gotearon aún más espesos que la cera.

Qué confuso se siente tener la cabeza menguando con la llave abierta.

Quise reconocer la sombra que me perseguía tarareando, pero ni mis piernas pude sentir, tenía que tocarme para saber si era yo quien estaba acá o me había ido tras lo que me falta cuando le sobro.

Volví a lo mismo: llave abierta, vela apagada, dedos mezclados, aguja perdida, fósforos derretidos, suelas desgastadas, pupilas dilatadas, cuerdas extraviadas y cabellos caídos.

Corrí para alejarme (de mí) y caminé en reversa para que mis dedos volvieran al sitio de las huellas que gotearon de mis pies mientras se desvanecía la vela.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Lobo estepario

Harry Haller:
Sigo tu rastro de húmeda soledad, las huellas se secan, pero quedan los rezagos sensibles.

domingo, 16 de octubre de 2011

“La voz humana es el espacio privilegiado de la diferencia: un espacio que escapa a toda ciencia, puesto que ninguna ciencia (fisiología, historia, estética, psicoanálisis) es capaz de agotar la voz: clasifiquemos, comentemos histórica, sociológica, estética, técnicamente, la música: siempre quedará un residuo, un suplemento, un lapsus, algo no dicho que se designa a sí mismo: la voz” (Roland Barthes)

lunes, 10 de octubre de 2011

Hay quienes piden permiso hasta para pensar, y hay también quienes les responden: -Permiso no concedido.

viernes, 7 de octubre de 2011

-Saya, vas a cruzar el charco por muchas lunas.

El arte es la excusa

Esta garúa es lo que soy: el devaneo de una llovizna. Mi tormenta tiene de vos unas gotas que llueven sin nube...


Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...