lunes, 24 de mayo de 2010

La crisis personal como potenciadora de un lenguaje expresivo que vincula a la imagen al sonido y al texto

(Foto: Quiero oler a café. Vanessa Padilla)

Hay un recorrido cronológico que inicia incluso antes de que el lazo umbilical sea cortado. Aquel cordón que conecta al ser con el mundo de repente se encuentra mutilado, podrido, caído.

Ese vínculo que enlaza las presencias del yo y del otro es brutalmente amputado, sin embargo, la existencia de ambos es irreductible.

¿Cómo logra el ser advertir aquella presencia ajena, y más aún… cómo logra convivir con ella? De ahí un ser aturdido, desbastado, resquebrajado, que no sólo debe asumir su propia existencia, sino que además debe admitir la ardua y la no-fácil “presencia del otro”.

A veces nos embarcamos en el intento de entender lo que no tiene lógica, no hay lenguaje alguno que pueda descifrar exactamente un sentir, un sentir que no se puede traducir en palabras, ni en imágenes, ni en canciones… buscamos respuestas pero tal vez no hay para qué hallarlas.

Aquí se plantea a la mutabilidad y la incertidumbre como lo único constante y es esa duda permanente un motor, un laberinto, y por lo tanto un recorrido en el cual perderse, y es que tal vez lo que se busca no está tan lejos de uno mismo, pero hurgarse por dentro tampoco es una tarea fácil.

De ese estar perdido viene la crisis, una angustia penetrante, el temor al vacío en medio del pecho, la incertidumbre del instante mismo, el cuerpo con su sensibilidad a flor de piel, con los poros abiertos para sudar de ansiedad, de calor, de añoranza. ¿Entonces para qué entenderlo todo metódicamente, racionalmente?

Gadamer dice que somos entes lúdicos, pero también somos seres emocionales, somos la chuspa por donde se filtra el mundo y el mundo no se puede procesar sólo vía cerebro, para eso tenemos piel, sensibilidad, tacto…

El tiempo, el del reloj, va marcando compases distintos a los de la sangre en el cuerpo; ambos, reloj y sangre son hallados en esta investigación como los metrónomos del tiempo: “el tiempo midiéndose a sí mismo”. La sangre marca un ritmo, el respirar marca otro ritmo, el andar, el parpadear, igual que el segundero, pero con velocidades distintas y también con intensidades diferentes, todo a la vez; y mientras tanto el clima aumenta sus grados cuando más “yos” y más “otros” se acumulan, demasiados ritmos, sin ritmo, vaivenes sin a dónde ir ni de dónde venir, respiraciones confusas, inhalaciones de ruido, exhalaciones de dudas.

Se ingiere café, se expele olor a niña.

¿Adónde se van las certezas que uno ha tenido? Ejemplo: cuando se espera que al volver a casa la familia esté completa, y cada vez quedamos menos, pero eso sí, los que quedamos desdoblamos la crudeza de poder comer en la noche con calma mientras vemos por la ventana un mundo abrumador, mientras lo que sucede durante el día ya nos muestra una realidad violenta compulsiva, inhumana… entonces, me pregunto: -¿habrá que leer los “Cien años de soledad” o nos tocará vivirlos?, el realismo mágico no es sólo un refugio o una evasión, como lo pensaban quienes criticaban a Borges y a Cortazar, que fueron creadores de este género literario, a veces parece que el realismo mágico fuera la única posibilidad.

¿Adónde se fueron los dioses en los que me enseñaron a creer, las oraciones antes de dormir, la vereda por donde uno caminaba siempre, las muñecas con las que nunca quise jugar, el amor en el que antes creía, el mundo en el que vivía cuando no había temor a lo que vendrá? y ahora se encuentra todo rasguñado, mal herido, pero esta vez con el desconsuelo de no haber marcha atrás.

Las tristezas solas, las sábanas pegadas, los muertos que dejan su muerte en mis brazos, los que mueren de a poco cada noche, los que vivimos sin saber si es cierto, creyendo a veces que sí.

Pero la crisis jamás podría ser insípida, al contrario, llega a tal extremo de ser amarga que se vuelve dulce.

En esa crisis el yo se ahoga en la pretensión de interactuar con el otro, pero el ser es social, aunque a veces prefiriera no serlo, y esa aceptación del otro como distinto e igual es la única posibilidad de aceptar al yo propio.

Un narciso que ya no busca su reflejo en el charco de agua, sino en el brillo de la mirada que le dirige un otro ajeno, que al estar fuera le permite ser, sustentando aquella hipótesis de su propia existencia. “Otro, luego existo” es lo que dice Freddy Álvarez.

Y está ahí otro formando al yo, cual un Doctor Frankenstein que construye con pedazos de materia muerta un ser que posee los fragmentos que son el vestigio de los otros que aún en su podredumbre protagonizan la construcción de aquel cuya hechura depende de las piezas que lo integran y cada fracción necesita de otra para conformar la irregular estructura de un ser armado pieza por pieza.

Y no resulta monstruoso ser mil piezas y una sola, o ser parte de todo y de nada, la posibilidad de cambio y la inestabilidad es la incitación a una reconstrucción auténtica e inagotable, es la posibilidad de reafirmar o desdibujar lo que en un abrir y cerrar de ojos puede llegar el individuo a ser o no ser.

Esta construcción es un rompecabezas, un juego de paciencia, donde unir una pieza con otra es una responsabilidad auténtica de entrelazar un tejido que forma un todo de elementos varios.

Estamos construyendo un yo, el yo está permitiendo que lo construyan, el yo se construye. Pensar que mis retazos se unen, me forman, me construyen, me constituyen.

Las Artes Plásticas, la Música, la Literatura: 3 mundos infinitos, absolutamente sublimes, le otorgan a esta crisis una posibilidad fecunda de romper el muro invisible de distancias y obstáculos.

Lo que no se puede decir intenta ser dicho mediante un lenguaje híbrido, atravesado por la imagen, el sonido y el texto que vienen a constituirse en unidades significantes que se eslabonan, con niveles de protagonismo distintos, pero cada una con inagotable sensibilidad.

Leer el silencio y descubrir que suena más sórdido aún que un acercamiento al otro interrumpido, deja saber que no es imposible volver a intentar una interacción, y es evidente, ahora, después de un proceso complicado, que también es inacabable, que el tesoro del aporte de aquel brillo de mirada ajena puede, incluso en esta época de crisis, ser rotundamente enriquecedor, y es así que la “Cartografía de pies a cabeza” que propongo como producto artístico fruto de la investigación, tiene el aporte ya no de un recorrido introspectivo o de una mirada subjetiva al referente más cercano (yo), sino de un recorrido más sinuoso aún, un recorrido acompañado, en que la huellas de quienes se involucraron están marcadas, con rastros de lo poético, lo plástico, lo musical, lo lúdico, lo sombrío, lo fragmentario, lo íntimo, lo sensible.

Y finalmente acogiendo a Shei Shonagon cuando enlista lo sublime en su “Pillow book”, pretendo hacer un inventario de los aprehendizajes más importantes que he obtenido en este proceso de investigación, al que podría llamar además “proceso de encantamiento”, cuando el fruto de un trabajo académico “culmina” (entre comillas por lo inacabable que puede llegar a ser) entretejiendo una vivencia personal de un valor que no se mide sobre 30 puntos:

He aprehendido a escuchar, a no tener razón, a tolerar lo que es distinto a lo que busco, a aceptar asertivamente una situación, a no responder con gritos, a respirar con calma, a esperar por alguien más de 3 minutos, a no huir de otras presencias, a aceptar la ayuda de otros, a necesitar de otros y no recriminarme por eso, a prestar mi lápiz para que me ayuden a escribir, a dejar que otros rayen mi papel, a esperar mucho más de los demás, a no bailar sola, a esperar que al compartir esto con ustedes, abriendo mi ser de par en par, lo que se pueda hallar sea un aporte, el que ofrezco con honestidad como ser humano.

viernes, 21 de mayo de 2010

Festival de Videoarte

Valeria Andrade, Vanessa Padilla, Wilmer Pozo y Galo Terán Chico en la programación del Festival de España :) Lugar: HOTEL CATALONIA RAMBLAS Medialounge – Sala Fòrum Pelai, 28 Barcelona-España (como parte de la Muestra Internacional Videoarte Alterego) :)
Cerrar círculos no es ningún alivio: es libertad incondicional.

domingo, 16 de mayo de 2010

Silencio de voz

¿Cómo podría algo funcionar sin eso elemental que le compone, que le da luz? ¿puede algo sin esencia dar rasgos de guitarra, armonías o compases? una vez más al mismo espacio se cuela un silencio de voz, pero el vacío no está ahí, sino en lo otro, en todo lo demás.

sábado, 15 de mayo de 2010

Dedos y respirar


(ella respira hondo antes de que sus dedos rasguen las teclas que oxigenan su pensamiento, aunque no todo es pensado, aunque no todo es preciso decir, sin embargo cómo podría evitarlo, sus dedos toman la batuta, ambas manos son imparables, entonces ella respira hondo mientras sus dedos rasgan las teclas que le ayudan a liberar su espíritu, aunque su espíritu pretende ser libre siempre, de todas formas cómo pretender callar cuando se quiere decir y a veces cantar, sus dedos dirigen todo, qué fortuna cuando todo fluye cuando todo simplemente va, entonces ella respira hondo mientras sus dedos ya rasgaron las teclas, develando sus verdades, entonces ya no conserva más que la necesidad de buscar secretos nuevos, que más tarde serán descubiertos por sus dedos que rasgarán más adelante la intimidad de su corazón con añoranza, por eso el respirar hondo es un inicio, una celebración, un alivio, una esperanza).

jueves, 13 de mayo de 2010

Barro y queda poco

Hay otras soledades que en cambio son un alivio, cargas menos de mierda ajena. "No tienes que huir, ella se irá" dijo el sabio, y él nunca falla, que se vayan también los residuos, agarro la escoba y barro para acelerar el proceso.

Si es cierto que estamos hechos de piel, entonces seamos sensibles, que los desamores no nos hagan un callo en el corazón, hay que saber que la mano no se esconde del todo cuando se lanza la piedra ¿ya eres sublime o sigues en eso? arduo el camino en soledad, cuando uno no se tiene ni a sí mismo.

Cada versión de los hechos puede pintarlo todo de una forma tan distinta, sólo queda decir la verdad, eso implica no encubrir en un rostro sufriente la hipocresía, la frialdad y el egoísmo que los vacíos de las frustraciones sexuales provocan. Agarro la escoba y barro para acelerar el proceso.

martes, 11 de mayo de 2010

Zzzz de David Cevallos


Exhibición de David Cevallos en el Container del Pobre Diablo (Isabel la Católica y Galavis esquina) Quito -Ecuador
El día martes 11 de mayo a las 19:30.

hermoso artista, hermosa obra :)

lunes, 10 de mayo de 2010

LA LIBERTAD


La esencia es lo que en las cosas es permanente e invariable y en el ser humano lo esencial es su facultad de ser libre. Es la libertad lo que le permite construirse a sí mismo a cada instante y desarrollarse en un constante proceso de mutabilidad.

La libertad le permite al hombre actuar según su propia voluntad para perseverar en el intento incansable de ser coherente con sus ideales y acciones.

Charles Taylor, en su obra “La ética de la autenticidad” propone un ser humano obediente a su propia ética, un ser capaz de marcar sus propias pautas y dejarse guiar por ellas. Determinar sus propios rumbos es parte importante de su autonomía.

Ser libre es tener la respiración al ritmo de los deseos intrínsecos, de los sueños más íntimos, es poder luchar por alcanzar los objetivos inabordables a los que la necesidad más pura nos incita a penetrar.

La libertad nos permite transitar la vida sin ataduras, y la razón de lo valioso de esta virtud es el sueño irrealizable de volar que se cumple al poder la mente despegar y llegar muy alto cuando el hombre cuenta con la libertad de vivir desarraigado de preceptos y moldes.

En consecuencia, al ser libertad una facultad esencial, depende del mismo ser humano cultivarla y profesarla.

A continuación se presenta un texto del uruguayo Eduardo Galeano, cuya idea de ser libre trasciende las barreras de la prisión con la inocencia y la fortaleza de tener a la libertad en lo más íntimo del ser.

1976, EN UNA CÁRCEL DEL URUGUAY: PÁJAROS PROHIBIDOS
Eduardo Galeano

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
-¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
-Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
-Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

sábado, 8 de mayo de 2010

Canción frágil



Enmudece amordazado mi impulso al iniciar su afonía más obstinada; me congelo en una ley de hielo rigurosa, profunda, penetrante, pertinaz y húmeda.

Shhhh… taciturna cierro la boca y los sentidos, abro silencios, desmorono mis voces afiladas, callo elegías y apago susurros. Cantar es estar casi-muerta, casi-viva, intentando arraigarse en los abismos incómodos en los que sólo la noche desvela el para qué y el cómo que nunca aprendí a resolver, sobre todo cuando la luna menguante sobrecogida en tarareos entona más silencios que mis propias endechas. ¿Dónde se acaba el límite donde soy y empieza a ser el otro?, sin duda no hay un respiro en ese lapso, tal vez haya sólo un ahogo.

Con un frívolo cerrar de ojos quito el habla a mi lluvia de ideas despojadas de sentido, intento una historia callada, de palabras sigilosas, de ideas dormitadas, de letras roncas, de gritos vedados. Cantar ahora está demás y aunque estuviera demenos confieso que mi mudez inconsciente e inconstante es a propósito aunque no haya nada en mente.

Hablo intentando doblegar ordenadamente una historia en la que tampoco digo nada; encuentro en elegías el silencio estridente que retumba cada noche, sobre todo cuando la luna agonizante conmovida de silbidos desafina más calmas que mis inconfundibles sollozos. ¿Dónde se inicia el recorrido del a dónde voy?, ¿cuándo podré decir que pronto llegaré? sin duda no hay un camino de reserva, tal vez me he sumergido ya en un complaciente andar descalza por caminos sinuosos. Es difícil cantar una canción tan frágil cuando es a ellos a quienes no alcanza mi ser, son lo que no puedo decir, a lo que no puedo ni levemente penetrar.

Frialdad sin mesura, una ley de hielo rigurosa, profunda, penetrante, pertinaz, recalcitrante y húmeda. Me congelo. No habrá reparo ni vista atrás, el recorrido será a tientas, shhhh…

Lánguida abro la boca y los sentidos sin obtener resultado alguno, cierro silencios, compongo mis voces extenuadas, callo alegrías, despojo susurros, canto bajito porque se parece tanto a callar y lo hago deseando escuchar el aire de mi cuerpo en los abismos incómodos de soledades anunciadas una y otra vez.

jueves, 6 de mayo de 2010

Destino

Pintura (óleo sobre tela) Vanessa Padilla

Debe indagar en su boca, sí, para hallar al destino. Hay días en los que ella lo busca sin saber que está ahí de cerca, en su lengua, en su paladar, dando vueltas salivado, húmedo entredientes, y lo sigue buscando con los ojos y las manos como si los ojos pudieran ver y las manos tocar, o viceversa, algo que ya sabe, que todos sabemos, que no se puede.

Grita, grita y acusa a otros de sus privaciones, como si en esa acción rebosaran sus vacíos, claro, ya sabe que no, ya sabe que al clamar se pierde más, se cae, se arrastra.

Entonces piensa: -¿qué hago aquí, cuál es el ancla que me tiene en este suelo infecundo? entonces se mueve, en círculos otra vez… y nunca llega porque ya está ahí.

sábado, 1 de mayo de 2010

Vanessa Padilla y sus Historias de trapos.

Vanessa Padilla y sus Historias de trapos.
Raúl Arias.

En Historias de trapos de Vanessa Padilla me cautivaron las acrobáticas y graciosas búsquedas y encuentros con los ritmos y desplazamientos evanescentes de los sentidos, el fluir de río de las palabras, la persecución de los instantes para conformar textos siempre huidizos, aparentemente fragmentados, inconformes… ¿con qué?

A Vanessa no se la puede seguir con la fría razón sino con la disposición del juego. “Esto es sólo un juego –nos advierte en una de sus historias- y en este término es donde se justifica todo. Es un espacio de sinsentido donde la argumentación está dada en que el inicio y el fin son solamente la unión de fragmentos inconsecuentes que se anulan en la repetición constante del intento de determinar las reglas de aquel todo, que es solo un juego”.

Otro texto de Vanessa: Ellos: Mis vacíos internos juegan y se escurren en el escenario húmedo de la intimidad de mis entrañas inhóspitas, de este terreno árido brotan ellos, mis vacíos internos, para desplegarse en lo profundo y bailarme a ritmo vivo su son.

La inteligencia a veces juega malas pasadas. Por más que pensemos miles de cosas, no llegamos a plasmar algo que pueda llamarse concreto. Lo concreto son los devaneos de las palabras dando vueltas en sí mismas, topando suelo sólo porque éste es denominado suelo y nada más, y así la existencia, lo supuestamente concreto, los objetos, son boicoteados (por la inteligencia) y se forma un hermoso vacío.

En Cartografía de pies a cabeza se oye caer fragmentos delicados: Doy inicio colocando un lágrima en el humo del volcán, así mi tristeza se expandirá por el mundo.

Bello instante poético para entrar en materia.

Después, los vacíos y las negaciones vienen en desfile: Está tendida en la cama la misma cobija desgastada donde los conejos ninguna vez vomitados y los te quieros nunca dichos fueron acogidos con tristeza; las obras no realizadas, las palabras no pronunciadas, frases que fueron escritas en el aire y no en un papel; un desfile de mentiras, un piano sin sus teclas negras, sin sus medios tiempos, los tobillos torcidos, los pasos mal dados… mi propia caligrafía.
Del otro lado, una voz quisiera situarnos en algo concreto: - ¿Cuándo vas a salir del monitor?...te espero en mi silla- me dijo por escrito (aún no he podido llegar).

En juego permanente, la voz de la conciencia en movilidad nos ubica y desubica según caprichosos dibujos de sonidos. Los logros poéticos son indudables, y se sostienen en evanescencias líricas y palabras puente que ligan con otras y otras. Lo cierto es que Historias de trapos contiene sustancias inquietantes y tiene también una poética que es tela de fondo de los textos.

Aparecen interrogantes durante su lectura, algunas de las cuales voy a definir: ¿Qué plantea la literatura de Vanesa en su historias de trapos? ¿Es evasiva y procura fugar de la vida concreta mediante un hedonismo cifrado en el juego del lenguaje? Las respuestas las darán los lectores. Por mi parte, creo que a Vanesa no le importa, simplemente, una teoría estética que la ligue con lo que personalmente entiendo como compromiso del o de la intelectual dentro de la realidad social y su historia, en permanente cambio. Se me impone la pregunta:
¿Cuál es el compromiso de Vanessa cuando escribe?

Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...