viernes, 25 de febrero de 2022

Escribiendo...

El mes de marzo presentaré mi ponencia "Dicha, escrita y cantada: La palabra como resistencia" en el Simposio RLASS 2022 de la Universidad de Calgary y tendré la alegría de leer algunos de mis cuentos a las niñas y niños de Auvers sur Oise en la biblioteca del pueblo... y les cantaré canciones que evocan la paz, será mi homenaje de solidaridad para este mundo que dibujo sin fronteras.  

miércoles, 23 de febrero de 2022

Escritura creativa

 Por Mishel Padilla 

Entre sueños y esperanza, la vida se vislumbra como ese amor infinito, acompañada de la naturaleza  que con su vigorosa esencia muestra su plenitud, la ilusión es el ancla que sostiene la alegría, esa alegría de soñar y vivir, cuyo resplandor es acompañado por la inocencia de sus  flores. Los sueños son infinitos, la incertidumbre y curiosidad por lo desconocido no tienen obstáculos y el juego es el principal objetivo, entre saltos y risas las estrellas muestran su esplendor, el tiempo pasa de prisa, y la vida desbordada de emociones se presenta como una montaña rusa.

Al llegar el anochecer, la tristeza y el dolor se tornan grises, acompañando aquel momento de soledad. Es ahí cuando, las estrellas hacen su aparición, la luna lunera refleja su grandeza en el cielo, el sonido de los sapitos reflejan vida y la dulzura del silencio permanece en el corazón, es ahí cuando el propósito de la existencia tiene sentido, la búsqueda de historias inspira, la actitud y fortaleza vuelven a tomar su rumbo, cuyo propósito es la gratitud y la esperanza.

Aquel viejo traje que algún día permitió que las cosas tornen su camino, ahora se transforma permitiendo una nueva realidad. Entre las aguas mansas y algo ruidosas continua la añoranza, el silencio tiene su espacio, y el sonido del amor se refleja en nuestro accionar, aquella luz que algún día fue vida ahora será inspiración.

Escritura creativa

Lectura al atardecer al borde del acantilado

Por Santiago de la Torre- Cusni
Me cuesta recordar el último grito, pienso mientras disfruto del atardecer sentado en la arena bajo el viejo árbol. El silencio es acompañado por el ritmo de las olas, es muy relajante. El sol cae y el horizonte de agua se torna rojo intenso. Con un libro apoyado en mi pierna vienen a mi mente un sillón rojo y una copa rota. Cierro los ojos y siento como si una cobija de terciopelo cayera en mi rostro. Escucho la voz de todos los abuelos y aún con los ojos cerrados les siento sonreír. Suspiro, siento el olor a jazmín y tierra mojada. Susurro un adiós. Abro los ojos y solo veo azul. Una bruma espesa pero luminosa me impide reconocer detalles, hasta que logro identificar una figura humana nadando hacia mí. Estoy bajo el agua y este hombre de pelo largo y blanco con una gran sonrisa me toma del brazo y me lleva a la superficie. El aire y la luz del sol inundan mis sentidos y me sobrepasan. Me siento rodeado de especias y hierbas. Abro los ojos sonrío y sigo cocinando, un intenso olor de aceite de coco, perejil y azafrán inundan mi nariz. Está increíble, susurro mientras lo pruebo, sé que esta vez te va a volar los sesos, pienso mientras sirvo una copa de vino y suena un disparo... Me encanta mi casita, la armé entre el sillón rojo de la sala y la silla rota de madera color chocolate. Las cubrí con mi manta favorita de terciopelo verde y traje mis tesoros: la foto de mi papá prendiendo un cigarrillo, el frasco metálico de crema para las manos que usaba mi abuela, la pipa de mi abuelo, la bola roja de billar y el retazo de poncho rojo de mi mamá. Eso junto a mis tres libros favoritos son mis tesoros. Cierro los ojos y me transporto a la covacha bajo el acantilado, ahora tengo en mi pecho un libro y en mis manos una cerveza helada. Tomo un sorbo mientras siento la brisa tibia en mi rostro y escucho el vaivén de las olas. De pronto un viento helado me paraliza, algo está por suceder, “Es la condesa que se ha perdido en el interior de la pirámide” grita MacQueen. Suelto el taco de billar y salgo corriendo sin darme cuenta que las cartas caen en la chimenea, al cerrar la puerta estalla una explosión.

Escritura creativa

El tiempo tienta y cuenta

Por Isabel Albornoz

 

Una ocasión una niña caminó por horas por un bosque tupido, tan solo por curiosidad quiso explorar, de repente sintió que el cielo comenzaba a tronar, decidió buscar dónde escampar, la lluvia empezó a tocar su cara con caricias pero luego se hicieron más pesados esos cariñosos abrazos.

 

La niña encontró un hueco debajo de una roca enorme, parecía el hogar de algún hada del bosque.

 

Al entrar en la misma escuchó una melodía que se repetía en la oscuridad toda sombría, al ser tan curiosa indagó y quitando los miedos entró más en la sombría y húmeda oscuridad .

 

Vio una luz que salía casi muerta de una pequeña caja, al abrir vio que era una diminuta bailarina llena de polvo que giraba con una dulce melodía.  La caja parecía antigua, y la música sonaba ronca, pero aquellos sonidos le recordaron a cómo solía bailar con su abuelita, al imaginar e imaginar, de repente una proyección llegó a su mente y en ella se vio jugar con sus amigos, saltando en los charcos de agua, y la caliente y rica comida que hacía su abuelita.

 

De repente esa oscuridad, el frío y la humedad, se despejaban porque esa luz tenue y la música ronca y vaga alimentaba sus fantasías y casi parecía que eran reales, casi tangibles, sentía como sus amigos de escuela, le abrazaban y le brindaban dulces, ella en ese sueño extraño corría por las montañas casi como si volara, y de repente de un salto caía dentro del mar, el agua salada salpicaba a sus labios y la arena le picaba las piernas.

 

De repente el sonido de un rayo fuerte la despertó de ese trance, y ella del susto cerró la cajita musical y la botó al piso húmedo  lleno de agua y ranitas que saltaban por todas partes.

 

Intentando recuperar la caja, palpó el suelo en la oscuridad y sintió la manija de una puerta, ella intentó abrir y al hacerlo toda el agua cayó y los sapitos colgaban intentando no caer por la puerta, ella se echó para ver en ella y vio unas sombras que desfilaban al otro lado de la puerta, veía una muchedumbre que reía, otros cuantos lloraban y unos pocos andaban tomados de las manos, profesando su amor, sintió tanta alegría y esperanza ver que todo eso pasaba, al mismo tiempo una música embriagaba el ambiente, ella quería entrar para estar en esa fiesta, y aunque todo ocurría en ese instante, ella no cabía por esa puerta.

 

La gente la veía y la llamaba, le decía ven a bailar y le ofrecía chocolates, parecía que al otro lado también llovía a cántaros, sin embargo, nadie se mojaba, aunque había unas cuantas personas que estaban sentadas y lloraban en su misma charca.

 

Ver toda esa escena que desfilaba por frente de ella, le produjo mucho sueño, y se acurrucó a lado de la puerta abierta para escuchar esa canción tan alegre que la hizo dormir dulcemente.

 

Tomó unas cuantas ranitas, las juntó como montaña y se acostó encima de ellas como si fueran un colchón suave y acogedor.

 

Al quedarse dormida, se vio caminando en un túnel largo donde todo se sentía más pesado, sus piernas se hacían largas pero su caminar era pesado y lento, conforme avanzaba, escuchaba ruido blanco que se hacía eco en todo el túnel, el sonido era estruendoso y molesto, todo era sombrío y frío, ella anhelaba llegar al final del túnel pero parecía que todo se hacía más largo e infinito

 

Se sintió cansada y de golpe cayó abruptamente al piso, alzó la mirada y vio que habían caminos que flotaban por los aires,  había gente en ella que caminaba toda aventurera  con mochilas grandes y pesadas.

 

La niña sintió un poco de ansiedad, pero trató de calmar ese palpitar que de su pecho pequeño le apuñalaba por dentro.

 

Decidió cerrar los ojos e imaginar los abrazos de sus padres, el chocolate caliente que preparaba su madre y que siempre le decía “chocolate sin queso es como abrazo sin beso”, los chistes de sus hermanos, las ocurrencias de la multitud en las calles, detalles de la cotidianidad, que se forjan como guardianes del pensamiento de uno y si encuentras la paz en esos recuerdos, en esos instantes lejanos o cercanos entonces no estarás sola nunca más.


Al abrir los ojos la pequeña, sintió que sus pies ya no tocaban el piso y que su cuerpo flotaba hacia esos caminos flotantes donde las personas recorrían esa travesía con energía y esperanza.

 

La niña vio como todo se dio la vuelta y en esos caminos transparentes sintió una esperanza, esperanza por seguir el recorrido, por acabar ese túnel y que no todo sea un suspiro.


Y sabía que nuevas melodías escucharía, nuevos sabores probaría, nuevos recuerdos crearía más nunca más estaría sola porque ella habita en los recuerdos de otros y ella también crea a sus personas queridas en los recuerdos que su memoria cobija.

 

Cuando acabó de llover la niña despertó y recordó que estaba en ese huequito acostada en la cama de ranitas que muy amables le brindaron quietud.  


Al salir de nuevo al bosque, notó como el sol se reflejaba en las pequeñas gotas de lluvia que vestía todas las ramas, las rocas, la hierba alta.

 

Ella sonrió y poco a poco se alejó para regresar a su casa, aunque hayan sido unas horas de refugio ella sintió que toda una vida ya la pasó con la brisa y el olor de la lluvia que calma toda agonía.  

 

 

Escritura creativa

Por Marco Moreno 

Se siente como una larga historia la de la evolución de la lagartija.

Aunque todo ese pensamiento ya es obsoleto, en aquellos días se utilizaban rocas para ahuyentar a aquellas artimañas. 


No importa cuantas veces se les apedraba en un día, al siguiente había el doble, todo el asunto de seguir lanzando rocas parecía innecesario. Sin embargo, cuando empezaron a aparecer lagartijas más grandes, se empezaron a utilizar catapultas para arrojarles piedras más grandes. Estos aparatos nos permitían lanzar rocas a mayores distancias. 


Aquellos días de mi infancia fueron muy inciertos. 


Las capacidades de adaptación de las lagartijas era impresionante, era como si mientras más rocas se les arrojara, más fuerte, rápidos o inteligentes se volvían. 


Nosotros no fuimos capaces de mostrar las mismas capacidades adaptativas ni de aprovechar la oportunidad ya que solo nos dedicamos a crear artefactos para arrojar rocas más grandes a mayores distancias.


El rey proclamó que todas las personas capaces deberán dedicarse a la producción de estos aparatos y quienes no puedan deberán ser encerrados. Desde ese entonces todos los artesanos, carpinteros, herreros y hasta los sastres se dedicaron a la producción de catapultas y artefactos similares.


Mientras que las lagartijas respondieron volviéndose más rápidas y fuertes. Era como si el destino beneficiara a estos reptiles. 


Debido a la ansiedad, me comenzó a dar fiebre en las noches, no podía dejar de pensar si las lagartijas eran solo un obstáculo o verdaderos enemigos.


La situación era un enigma y nadie sabía con certeza lo que sucedería, el rey volvió a proclamar una serie de normativas para la construcción de artefactos que permitieran lanzar rocas aún más grandes.


El pueblo comenzó a mostrar su voluntad disgustada, uno de los sabios dijo que solo se solucionaría el problema llegando al núcleo del asunto y no arrojando más rocas, un líder local sugirió solicitar ayuda al extranjero.


A pesar de mis nervios y de sentirme disperso decidí hablar y sugerir que dejen entrar a una lagartija en el pueblo para ver qué es lo que buscan. El sabio apoyó mi idea y el pueblo quedó convencido.


Al día siguiente se dejó entrar a una de las lagartijas, la cual se dirigió con presteza al castillo del rey, se presentó ante él con un decreto para que ya no se les arrojara rocas.


Desde ese día ya no se les arroja rocas a las lagartijas.


martes, 22 de febrero de 2022

Escritura creativa

Por Cantariega

Entre ilusiones y añoranzas las convicciones se anulan, pero quedan rezagos de alegría y de las hondas tristezas porque de ahí también nacen bellas flores. En el cielo abierto resuena la armonía, la pasión, la existencia, el amor. Pinceles despeinados trazan su rebeldía en un lienzo amplio como cielo, y la existencia del color se vuelve certeza, aunque nazca de la quimera del tiempo, que no da marcha atrás porque es un caracol. 

Desde atrás de la noche, la acuarela del tiempo endulza la aventura azul de los encuentros, duendes, caballos de madera y abrazos tiernos, grabados en cobre, en madera, en la piel, en los sueños, inscritos con tinta de escribir historias, de plasmar texturas de las plantas, de abrazar. El cariño crece en alegría cuando aún con cartones y papelitos logramos crear escenarios para vivir la aventura azul de la acuarela del tiempo.

 

Las redes se van tejiendo con hilos de coraje, de inspiración, el ukulele juega a liberar de su bosque a las estrellas caídas. Luna y sol floreciendo bajo la noche y sobre el día, cantan desolaciones e incertidumbres y les pintan de amargura porque es la hora del café. Entre los árboles brillan las estrellas cuyas alas se reconstruyen con plumas de ruiseñor, con goma de rocío y seda del corazón.

Escritura creativa

Gracias por los juegos de palabras y los tiempos en esta tarde-noche: Marco, Isa, Berny, Vivi, Isabel G. Marle A. Santi, Mishu y Mirian.

sábado, 19 de febrero de 2022

Escritura creativa

Procuro flotar

Por Santiago de la Torre - Cusni

Procuro flotar tanto como puedo, y cuando caigo trato de pisar sobre mis anteriores huellas. Amo mi espacio cuando cada mañana amanece limpio y seco, pero pasan las horas y el sol, amplificado, hace que mi cuerpo de hielo empiece a dejar huellas húmedas a mi paso. Me deslizo de un lado al otro pensando en escribir, me deslizo de allá a acá escribiendo en qué pensar. Mis ideas sólidas, duras y frías de la mañana van fluyendo hacia el mediodía, gozo al mirar lo escrito en cada pared hasta que el calor derrite y evapora cada palabra. En la tarde mi habitación y yo somos vapor, floto tratando de no topar las huellas imperceptibles de las letras en cada pared. Un día amanecí en otro estado, frío y duro pero mis ideas fluyen diferente, parecen de vapor. Lo aprovecho y empiezo a escribir de inmediato, en solo 3 minutos lleno una pared, pero al alejarme para leer me sorprendo al ver que he repetido 100 veces tres líneas que dicen: Soy uno y a ti me uno, me uno y en uno me convierto, uno más uno soy igual a uno. Lo leo y de pronto mi cuerpo se hace uno con la habitación; me asusto, pues me angustia la posibilidad de no poder leer lo escrito en las paredes, pero apenas lo pienso, leo. Fue como si sintiera cada letra en mi piel. Sentí las palabras como una mezcla de cosquilleo y calor, lo disfruté por unos minutos, pero al leerlas por tercera vez volví a estar dentro de mi habitación. Con sorpresa me di cuenta que las palabras ya no estaban en las paredes, pero aún podía sentirlas. Creo que descubrí por azar el conjuro perfecto. Por fin podré escribir, leer y recordar. Por fin podré crear, percibir y entender. Por fin podré abrazar, sentir y acompañar. Por fin podré flotar sin temor a olvidar.

Escritura creativa

La clave para ser transparente

Por Mónica Garzón

La clave de la transparencia se siente en el escenario que es reglamentario, habitual, no presenta cuadros de lujuria ni espejismos como tampoco escenas que lleven a estas figuraciones, la persona que habita es una dama consciente de lo que realiza y es desarrollar su vida de forma normal en este espacio, cuya característica particular son las paredes de cristal que rodean esta morada.

Es para mí valiosa la transparencia porque permite vernos como en realidad somos, no solo físicamente sino también a través de nuestras actuaciones.

La clave está en desempeñarnos con nuestra conciencia, limpia, tranquila y responsable.

También el mirar a una dama tomando su baño no debe escandalizar porque el cuerpo humano es la más perfecta creación de Dios.

El conjuro o evocación se lo toma al tratar de implementar un proyecto modernista en una sociedad atrasada que expresó su lado brutal, pues lo tomó como una atracción de escenas exhibicionistas que les encantaba lujuriosamente espetar especialmente cuando la dama tomaba la ducha acostumbrada.

Era de esperar que grupos conservadores y otros desataran un fuerte debate hasta llegar a amenazas y querellas a los autores del proyecto. 

Lo que mide que la humanidad aún no está preparada para mirarse sin ropa sin dejar de escandalizarse.                                                 


jueves, 17 de febrero de 2022

Escritura creativa

 TRANSPARENCIA

Por Marlene Arévalo 

 

La transparencia permite hacerlo todo visible y que pareciera cercano. Destruye todos los muros que a diario levantamos y permite tender puentes para poder acercarnos a las personas que amamos.

Pero lo más transparente que en la vida he observado, es la mirada de un niño, que aunque es muy pequeñito puede expresar claramente su deseo de cariño y sus ganas de aprender, tal es su transparencia que se logra descubrir el interior de su alma.

Mucha ilusión tiene de ser mirado por todos, que sepan que es real, que requiere de atención de aquellos que lo rodean.

Quizá un hechizo funcione, o invocar a un ser divino para lograr su objetivo, solo se le ocurre decir ¡aquí estoy! frase que  repite con mucha fe y esperanza.

Como por arte de magia a él acuden personas dispuestas a darle amor, a brindarle su ternura, tiempo y dedicación.

Se acabó la transparencia, ahora es un ser real, en su rostro tierno y dulce su inocencia se refleja, ojalá que no se enturbie con el paso de la vida.

 

miércoles, 16 de febrero de 2022

 La primera lealtad es con uno mismo.

Escritura creativa

Por Cantariega 

Vulnerable me siento, observada desde cada punto como si mi desnudez atravesara los muros de cristal, o como si las paredes se hicieran contra mí para penetrar mi piel y mis afectos. ¿Qué puedo ocultar, qué tengo para cubrir? soy lo que soy, pero tengo frío, me cubro de pudor, de vapor de agua, de sudor, movimientos tímidos, frente la mirada omnipresente del juicio atroz, siempre de ese otro implacable, y yo sin cortinas, sin ventana que cerrar, entre muros cristalinos, el alma al descubierto, recato escarnecido, voluntad de trapos al aire, intimidad en exposición, trazos de pinceladas escrupulosas. Quiero desvanecerme, transparentarme, mimetizarme con la limpidez de mi celda, invoco a las luciérnagas se pueden desencender su luz para camuflarse en la oscuridad, y con su aleteo me dictan la clave para deshacerme en trasluces: “materia no soy, energía encarno, agua de lluvia, viento de otoño, soy un cristal y enciendo mi luz solo si mi fuego arde”. El conjuro no me transparentó el cuerpo, pero sí los temores, ningún juicio, opinión o sentencia, ningún veredicto es aceptado, soy transparente cuando puedo ser quien soy, y de tanto ser yo las miradas se voltean al no tolerar la insoportable presencia de quien es quien quiere ser. Tartamudeo menos y escribo mi desnudez para quien quiera leerla, los muros no necesitan opacarse y ampararme. Cuando me reconozco: soy.

martes, 15 de febrero de 2022

Escritura creativa

Transparencias y conjuros tejieron el taller de esta tarde-noche. Gracias Santi, Marle, Berny, Isabel, Tania, Mirian, Mishu y Vivi, por su presencia, el aporte y la magia.

Escritura creativa

El guardian de las ilusiones atrapadas

Por Santiago de la Torre-Cusni

El infinito número de posibilidades delinea mi sonrisa al iniciar cada vuelta. Cuando tengo ganas de aventura en cada esquina tomo un camino al azar, giro, giro y giro, y en cada ocasión me encuentro con una diferente ilusión. Las hay monstruosas, horrorosas, profundas y oscuras; las más bellas son las monstruosas. Cuando las encuentro elijo quedarme girando a su alrededor. No sabría decir si me encantan por su olor, su color o el sonido de sus gritos, pero hoy tendré la oportunidad de averiguarlo. Hace unos segundos llegó una monstruosidad, cayó muy lejos de mí, así que me apresuro buscándola, giros, giros y más giros, en unas esquinas me llama su espantoso hedor, en otras son sus alaridos los que me indican a dónde girar. Tras el último vértice, al girar choco de frente violentamente con ella. Así, por pura suerte pude sentir su olor, sabor y color de un solo golpe. Es increíble, sobrepasa mis sentidos, es una mezcla de sensaciones que me estremece y acalora, siento dolor y comezón en cada punto de mi ser. Caemos, yo me agarro del primer hilo que encuentro, ella se deja caer, se desliza hacia el universo de las ideas taradas. En soledad, empiezo nuevamente a girar mientras escucho que allá la reciben con gritos.

domingo, 13 de febrero de 2022

Escritura creativa

ATRAPADA EN UN SUEÑO
Por Isabel Guaricela
Entre la redecilla de este atrapa sueños vive el sueño que se repite en mis noches y alimenta mis días. En él me siento enredada, circundada por esa rueda de ansias y deseos. Penden de ese círculo mágico perlas blancas como mis sueños más queridos y perlas grises como mis sueños más temidos, pero hasta en los sueños más temidos bordea la orla que roza mi conciencia y me trae de algún mundo perdido en las tinieblas las luces que conducen al día que me espera.
Y es que vivo atrapada en este sueño.
Sueño que vuelo, que vuelo, que vuelo. Me elevo cuando quiero, con solo abrir mis brazos estos se convierten en alas. Me impulso y entonces un placer infinito invade mi ser, me siento muy liviana y experimento una libertad nunca imaginada. Respiro como si nunca lo hubiese hecho, mis pulmones se ensanchan y luego expulsan en un soplo el peso de mi carga. Mis ojos se abren y el tibio resplandor del sol los nutre de ilusión, de encanto, de pájaros y flores, de nubes y arco iris, de danza y de color. Se agudizan mis oídos a todo lo que me rodea: el viento es una suave música que roza mi cuerpo y envuelve mis huesos que ahora ya no pesan, solo flotan. Recorro valles, montañas, atravieso ríos y mares, me envuelvo en paisajes, algunos me recuerdan lugares conocidos y otros no aparecen en mis registros, los descubro ávida de emociones y me interno en ellos. Pero siento una fuerza bullente que me lleva, me conduce a los tibios prados de mi infancia, a la vieja casa donde nací. Observo desde lo alto los árboles donde suspendíamos el columpio que mecía los sueños de la niñez. Las cercas que rodeaban la algarabía del juego interminable de la vida que se abre entre mieles y dolores. Mas en este sueño no tiene cabida la amargura porque desde aquí observo el lento recorrer de mi río, sí de mi río, el río Zamora. Allí, están las pequeñas hondonadas donde aprendí a dominar las aguas. Y puedo sentir el suave calor que desprenden las piedras de múltiples colores que forman su lecho y lo extiende generoso para acogerme en su rivera.  No, no quiero despertar porque aquí está un pedazo de mi vida que ahora es solo un sueño. Un sueño que me alimenta y mantiene, que me complace y duele cuando me deja. 
Mi sueño es esto:  ser y no ser, estar y no estar, ir y venir, vivir y morir.

 

viernes, 11 de febrero de 2022

Escritura creativa

MI MÁGICO ATRAPASUEÑOS

Por Mishel Padilla

Te veo junto a mi cama y puedo darme cuenta que una inspiradora forma te envuelve, eres captador de sueños maravillosos, donde los colores más preciosos de las plumas de las aves forman parte de tu traje, tus redes tienen la forma de una telaraña, tejida con gran esmero, aquellas redes que permiten el paso de los sueños más encantadores, todas y cada una con un mismo objetivo en común, el de transportarnos a sueños donde la magia existe, donde puedes viajar sin fronteras, donde aquellos anhelos más profundos se pueden visualizar y esos seres maravillosos que algún día compartieron sus vidas a nuestro lado, nos abrazan con ternura transmitiéndonos esa paz que necesitamos, como si el tiempo se detuviera y esos momentos fueran una bella realidad; aquel mundo mágico que nos conduce a un sueño lleno de ilusiones y que desearíamos que no tuvieran fin.
Sueños, dulces sueños, que al llegar la noche cumples ese gran rol, de atrapar aquellos anhelos más preciados desde lo profundo de nuestro corazón para trasladarnos a una nueva aventura llena de alegría y esperanza. 
Te conviertes en esa luz que hace que aquellos miedos se transformen en pequeños e insignificantes episodios, alejando las pesadillas de ese mundo mágico. De esta manera, das paso a que ese ensueño florezca en nosotros, con propósitos que al despertar ese sueño atrapado brille en nuestro accionar, brindándonos esa alegría tan esperada, protegiéndonos de aquellos momentos en los que la obscuridad quiere ganar su batalla.
Soñar, es una experiencia que te permite ser tú mismo, sin ataduras, sin enfermedades, sin tristeza; transportarse a un sueño es simplemente una experiencia mágica; donde no existen los límites, el tiempo se detiene, las personas vuelven y es ahí donde todo es posible.

jueves, 10 de febrero de 2022

Colación

 En la escuela San José de El Tejar, cuando tenía 8 años, el profe Iván me preguntó en la clase: -¿qué trajiste de lunch?
yo le dije: -no traje lunch, traje colación.
Llovieron las carcajadas de mis 30 compañeras y yo no entendía por qué.  Anglicismos del carajo.

Escritura creativa

Atrapasueños
Por Mónica Garzón
Comentan que los atrapasueños nos ayudan a sumergirnos en sueños profundos y relajantes. Hay sueños que nos llenan de alegría y quisiera que se realizaran cada día.
Los colores de los sueños suaves y gentiles no dejan de brillar y nos transportan al mar de arrecifes llenos de corales con hermosas gaviotas que nos hacen disfrutar.
Coloco cerca de mi cama mi atrapasueños frágil hecho de plumas y suaves hilos de seda, va a lograr cobijar mis sueños y su magia va a declarar.
Los sueños fantasticos fluyen bien y estoy segura que los tuyos también.

Escritura creativa

Atrapasueños
Por Christopher 
Soy tu atrapasueño hecho de plumas y suave como seda, tu refugio en la noche, tu protector del susto. Soy tu acompañante en la noche que te quita el miedo y las pesadillas y te doy alegría, felicidad y sueños por cumplir, te doy tranquilidad para que mientras duermas veas tus metas por alcanzar, cada que veo que te despiertas contento me alegro y cada que llegas a tu habitación a dormir te quito tu miedo y temor a la oscuridad  para que duermas con alegría para que te traslades a un lugar mágico lleno de paz, alegría, felicidad, el sonido del mar con colibríes volando cerca de ti y te sientas fuera del miedo o temor a lo que tengas. 

Escritura creativa

 ATRAPANDO UN SUEÑO 

Por Marlene Arévalo

 

Cuando la noche cae y me voy a descansar, pensando que los sueños acudirán a mi mente para vivir aventuras con libertad total, sin restricciones, sin ataduras, sin prohibiciones.

Sin embargo, existen sueños que parecen pesadillas, producto de preocupaciones o experiencias poco gratas.

Es cuando el atrapasueños un gran papel desempeña.

Formado de un aro que se asemeja a un salvavidas, o también podría ser una rueda de la vida, tiene en el centro una red que parece telaraña, en donde se enredan los sueños y atrapan las pesadillas, las mismas que al día siguiente con el sol desaparecen.

También lo adornan las plumas de pájaros carpinteros, de gorriones, pavos reales, colibríes, guacamayos, patos, gallinas y pavos.

Los pensamientos de miedo y los sueños no deseados, se quedarán atrapados y podré seguir navegando en sueños que desearía que jamás se terminaran.

Soñaré con las montañas, con el mar y con el cielo, con el sol, con los trigales y las noches estrelladas.

Hay sueños que desearía que se queden atrapados y que siempre se repitan, porque son aquellos que la vida me transforman y en los que puedo estar con las personas que amo, aunque ya no estén presentes, siento que los estoy viviendo como si fueran reales, tan solo cuando despierto me doy cuenta de que estaba idealizando.

Soñar es una manera de mantener un recuerdo para que jamás escape, solo mueren los recuerdos que ya no se sueñan más.

miércoles, 9 de febrero de 2022

Escritura creativa

Atrapasueños

Por Cantariega

En telaraña frágil y cadenciosa, se envuelve la abstracción de mis noches, lanas de colores tejen puntadas alegres para iluminar a la taciturna nostalgia de mi pijama, cuelga en el fondo la pluma olvidada por un ave en vuelo, su huella de libertad cosquillea mis desvaríos y aquellas piedras de clarividencia y protección con pequeños nudos no son solo belleza, con dos piedras se hace fuego, pero las llamas y las plumas... qué riesgo. Justamente en el sueño en el que me desvaneció el arrullo de una lágrima, me acurruqué en la melodía de las aves nocturnas y me convertí en una de ellas, asustada por la oscuridad de la noche, aleteaba con tanta fuerza que unas piedritas que se habían hábilmente acomodado en mi plumaje se rozaron y saltaron chispas, se encendió una llama que era más bien el fuego de mi alma, de ahí que la intensidad era volcánica, la violencia incendiaba todo alrededor, pero a la vez se iluminaba el entorno y el miedo desaparecía, pude volver a las redes de mi cuna, humeante aún, sabiendo finalmente que la oscuridad se vence con chispas, que los miedos se vuelven ceniza con un poco de luz, me acurruqué nuevamente en el tejido, la finura de las redes me abrigó delicada, y la pluma, huella de libertad, filtró en mi despertar reflejos del sueño de un bosque nocturno con ráfagas de otoño y ardores de verano, preferí acomodarme del otro lado a ver si vuelvía a soñar.

martes, 8 de febrero de 2022

lunes, 7 de febrero de 2022

Escritura creativa

Por Elizabeth Yerovi

Revolotea en la mañana, salta y brinca con su movimiento. 

Despertando y alborotando a quién en su camino pasa saludando.

Corriente que fluye y refresca. 

Despeina los árboles al pasar, mientras baila con su ritmo ondeado y su susurrar... 

Sopla y resopla con fuerza y velocidad.

Inquieta va avanzando y la brisa de tonos azules y turquesas va pintando.

Los caminos de la vida va purificando, al son de sus ondas marcando su ritmo va cumpliendo su ciclo.

Como una chispa de luz, que llena el cuerpo de energía.

Inquieta y fugaz como el rojo que aviva.

Creación abonada de elementos y mágicos momentos así fluye entre tonos café, naranjas, amarillos,verdes, azules y grises.

sábado, 5 de febrero de 2022

Escritura creativa


Por Viviana Buitrón C.

 

Sustrato 

Suelo, base, firmeza. Una base firme es lo que necesitamos desde niños para la vida. El crecer de un pequeño es como el crecimiento de una planta que, si tiene buen sustrato, hincará sus raíces profundas, curiosas y submarinas entre la materia orgánica, la arcilla, la arena y el limo.

La semilla, que alguna vez pequeña fue, se levanta y despereza al abrigo del sol y al alimento de la lluvia. La semilla rompe una, dos, tres capas de protección, dejando que los brotes de ideas y conocimientos hagan su trabajo de aprender el mundo entre juegos, papillas y ruletas.

Y así, cada día. Cuatro, cinco, seis hojas acariciadas con el viento, con el haz de todas ellas hacia arriba, mirando las nubes y tirando las cometas en verano. La respiración, en alimento o en fotosíntesis brindan el aliento para soportar los tiempos tormentosos, los cambios de estaciones, en fin, los años. 

Quince, dieciséis, diecisiete hojas y una primera flor. La ley del bosque dice que desde ese momento podrá solo con su vida si el cauce se alborota o la candela lo seduce. Sin embargo, no hay árbol, que semilla alguna vez fue, que no necesite de la estabilidad y la relación constante con su suelo, su base y su firmeza.

Habrá días de sol, noches de lluvia constante, etapas de rocío y de alegría y otros más de granizo, fuego y solo desastre. No obstante, ese es el camino de la vida, sea de un ser humano o sea de una planta. Y es en esos momentos cuando debe volver a agarrar bien sus raíces, admirarse desde la cofia hasta el estigma y asombrarse de cuánto ha crecido con los días de sol y de rocío y de cuán bello se vuelve cada vez que se recupera de las épocas de hielo y de fuego.

Porque, en verdad, no hay planta, que alguna vez semilla fue, que no tenga la vida latente y que no pueda volver a florecer luego de haber quedado en cenizas. 

miércoles, 2 de febrero de 2022

Escritura creativa

Bruma

Por Cantariega

Viene volando y se posa la bruma, con su humedad risueña, transparente se asienta sobre la paz de mi alma para pintarme un arcoíris de rocío, la sed no se desvanece porque los labios estén húmedos, pero el café humea más cálido y la fortuna se bebe la vida a sorbos o a bocanadas.

 

Viene volando y se instala tranquila la bruma sobre mi ilusión, remoja las pestañas de mi llanto, bebo despacito de la tasa de barro y el aroma llega a mis entrañas, sabe a tierra, huele a luz, se siente muy lunar, un hielo empieza a penetrar mis sentidos, me aturde, son los miedos, es la niebla. Bruma, nube acostada: de tu agua me embriago.

 

Respiro lo hondo de la transparencia y el frío me carcome, solo un soplido de dulzura revive vidas más tarde y la hermosura de estar acurrucada en los susurros de la cuna me enternece, anulan tus cantos el rugido que para otros es ronroneo, queman el dolor de la ceniza, hacen de acuarela las alas con que sueño y nocturna me agito para el rencuentro, el hogar no es un sitio: es un afecto. El hueco de mi ombligo es un cordón que ninguna muerte arranca y que la vida teje con los puntos mas bellos, como trenzas que contienen sueños y dulzuras de panela, con esa ceniza de dolor componemos la tinta de dibujarnos los ojos de mirar más allá. 


Brotan en nuestra trinchera flores, sobrevivientes, sus granos se revolcaron en el laberinto subterráneo de la incertidumbre y decidieron, como nosotras, lanzarse y florecer, acompañarnos, aromadas de amarillo, regadas con lágrimas de nuestra melancolía, alimentadas de nuestro regocijo. La bruma nos cubre una vez más y la fragancia de cada pétalo resplandece pese al frío, hemos salido de pozos más profundos, el arcoíris ya se pinta de rocío y los ojos ya miran más allá.

Escritura creativa

¿Qué soy?

Por Cusni-Santiago de la Torre

El sonido crujiente me despertó, al abrir los ojos solo alcancé a distinguir que una bruma viscosa me rodeaba mientras el ritmo del vaivén movía mi entorno. Una luz ambarina atravesó el espacio hacia mí, solo así distinguí que lo que me rodeaba era un líquido pesado y traslúcido de sabor salado que ahora se veía anaranjado por la luz de la flama. Otro crujido me hizo temblar, era mi corteza la que se rompía poco a poco, en una bocanada placentera sentí mi textura, mi sabor, mi olor, exquisito dolor en el que me hundo y vuelvo a dormir Un gato verde atraviesa el portal da un salto y aterriza en mi pecho, trato de batir mis alas pero es demasiado tarde. Caemos en un abrazo veloz. Las hojas del césped lastiman su piel, las gotas de rocío me curan. Al llegar al piso somos solo aromas que atraviesan los poros de la tierra, al renacer somos el suspiro que me permite descansar. ¿Qué soy? Una voz a la que llamo frescura me dice que soy amor Otra voz a la que llamo luz me lo repite, soy amor Esa palabra resuena en un eco mientras fluyo Regreso al azul, Sé que volveré, Sé que juntos sanaremos.

Escritura creativa

El Kraken

Por Marco Moreno

Nunca olvidaré mis días en el barco de vapor, sobre todo aquel día de la tormenta, primero el mar estaba bravo,  los peces saltaban y nadaban en dirección opuesta como perseguidos por un tiburón o quizás algo aún peor como un leviatán de lo profundo.


Las nubes que pasaban mostraban que desde el sur se aproximaba la tormenta, el barco iba despacio aquel día, los maquinistas se habían tomado la noche y solo unos pocos de ellos estaban trabajando en la caldera. Recibí la orden del capitán de ir hacia los camarotes y despertar al resto de los maquinistas.


Corrí lo más rápido que pude y en el camino tropecé golpeándome la frente, la misma que comenzó a sangrar, a pesar del dolor tuve que seguir con mi encargo, entré en los camarotes, en donde la mayoría de los maquinistas apenas y comenzaba a abrir los ojos, aturdidos y mareados por el licor que habían consumido la noche anterior.


Grité que una tormenta se avecina y que deben volver a sus puestos de trabajo lo antes posible, di media vuelta y me dirigí de nuevo a la cubierta del barco, tenía el presentimiento de que algo iba a pasar, algo que debía presenciar.


La tormenta nos golpeó fuerte, el capitán gritaba a los maquinistas para que echaran más carbón en el horno, necesitábamos más velocidad si queríamos llegar a la playa de aquella isla antes de que la tormenta nos hundiera. Recibí la orden de subir al mástil y buscar la isla con mi telescopio, al hacerlo fue cuando lo vi, una criatura tan grande que solo al nadar causaba maremotos, el capitán gritó desesperado pero fue muy tarde, un tentáculo apareció y agarró la popa del barco impidiendo su movimiento, poco después la maquinaria que movía al barco había sido destruida.


El mástil comenzó a balancearse fuertemente, proyectándome hacia el mar, uno de los tripulantes vio lo ocurrido y disparó un gancho en mi dirección el cual pude agarrar para salvarme de caer a ese mar enfurecido, nunca antes había estado tan agradecido de vivir en una época en la cual existe la tecnología, La destrucción del barco continuó poco a poco y cada vez más rápido, la criatura devoraba a los marineros que lograba atrapar con sus tentáculos mientras que con los otros golpeaba fuertemente la cubierta del barco.


Uno de estos golpes, dio justo en el calefón provocando una enorme explosión y un incendio que comenzó a consumir el barco, en ese momento yo pensé que me gustaría tener la capacidad de volar para poder huir de esta desastrosa situación.


El viento comenzó a soplar más fuerte y lo que quedaba del mástil se desplomó cayendo al mar, las nubes eran negras y la lluvia caía cada vez más fuerte, la tormenta se había transformado en un huracán. No se podía ver al capitán por ninguna parte, regresé a ver y vi que el marinero que había sido mi salvador ahora se encontraba atrapado por uno de los tentáculos de la criatura. Maldije a los cielos por mi infortunio y la cobardía me ganó, me dirigí hacia donde sabía que se encontraban los botes salvavidas.


Corrí por los pasillos viendo a marineros heridos y otros luchando por respirar mientras el barco cada vez estaba más hundido, logré subirme en uno de los botes salvavidas y este cayó al mar, las corrientes eran demasiado fuertes y poco después uno de los escombros que salió volando del barco me golpeó en la cabeza, lo cual me hizo perder el conocimiento.  


Cuando desperté la tormenta había acabado, tenía un fuerte dolor de cabeza, sin embargo, me encontraba bien, a la distancia vi una montaña y pensé que finalmente pisaría tierra firme, quizás se trataba de una isla o aún mejor un continente, remé en aquella dirección dejando atrás a mi tripulación y el barco en el que había trabajado durante tantos años.


Cuando llegué a la playa nunca había estado tan feliz de tocar arena, nunca me había gustado, es molesta y se pega en todo el cuerpo y la ropa, pero por esta vez me revolqué en ella logrando que se pegue en todo mi cuerpo, alcé la cabeza y vi que en donde quiera que me encontrase había muchas rocas y sequedad, pude observar un armadillo en la distancia.


El polvo en el aire me indicó que me encontraba en alguna especie de desierto, pero estaba vivo, quizás había sido el único superviviente de aquel desastre, el pensamiento comenzó a atormentarme, había dejado que la cobardía se apodere de mí y huí sin ayudar a ninguno de los marineros con los que compartí tantos años de mi vida. La duda sigue conmigo hasta este momento, quizás debí quedarme y morir junto con mis compañeros.



martes, 1 de febrero de 2022

4 elementos

¡Agua, fuego, aire y tierra! Gracias por su presencia en el taller de esta tarde-noche Danilo B. Isa A. Marle A. Isabel G. Berny Y. Santi-Cusni, Tania R. Vivi B. Marco M. Moni G. Christopher F. Eli Y. Mishel P. Es maravilloso retomar este espacio junto a ustedes. 

Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...