domingo, 2 de agosto de 2009

Quieta nunca

Las huellas del transcurrir se posesionan de una negación a quedarse estático, optando por transitar pasajes inciertos donde cada pisada será una posibilidad latente de construir la bitácora de un recorrido, o al menos de desgastar los zapatos y obtener en ellos la evidencia de una añoranza del pasado o el convencimiento de no querer volver atrás definitivamente.

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