Se llama Damiana, tiene 6 años, su sueño en la vida
es crecer hasta alcanzar con sus manos las nubes tan lejanas que se transforman
por el capricho del viento.
Su familia quería explicarle que las nubes están muy
altas y que no las podrá tocar, para que al crecer no sufriera una decepción,
pero Damiana efectivamente crecía, por tanto, tenía la certeza de que eso sería
posible un día.
Tomar sopa y vitaminas, comer cereal, jugar básquet,
colgarse de una vara, ella lo intentaba todo para crecer, pero con los años se
daba cuenta de que crecía sí, pero no lo suficiente para alcanzar las nubes,
entonces empezó a estudiar a las aves y en ellas descubrió que no necesitaba
crecer sino volar, cada vez que lo intentó necesitaba un buen tiempo para
recuperarse de la gravedad, pero seguía intentando.
Un día su madre vio con tristeza que su niña había
alcanzado una edad en la que no era posible continuar viviendo de sueños, e
intentó convencerla para que dejara a las nubes en paz.
-¿Cómo renunciar a las nubes, son tan parecidas a ti
y a mí? tienen la nobleza del agua y la furia del trueno, nos llueven, nos
sombran y dibujan las más lindas figuras, además van por doquier conociendo la
belleza del mundo ¡quiero ser nube!
La madre entristeció más, al no poder comprender lo
que no hay porqué comprender.
Un día Damiana ató su corazón al un globo de oro y
helio y cuando llegó a las más pintorescas nubes del cielo, precisamente en un
atardecer de verano, las nubes se hicieron agua, humedecieron su piel y
entonces ella no pudo saber si es las nubes dejaron de ser un algodón puro y
silencioso, para convertirse en las lágrimas de alegría que sus ojos derramaron
por la emoción de soñar y cumplir lo inalcanzable.
Su madre la llamaba desde tierra, pero ella tomó su
tiempo con calma y disfrutó el desvanecimiento de los más resplandecientes
algodones que flotaban por el cielo entero.
Al anochecer las estrellas salían a anunciar el
tiempo de retorno y fue ahí cuando Damiana tuvo que volver a casa y con la voz
repleta de alegría, al llegar, dijo:
-¡mañana alcanzaré las estrellas!
Vanessa Padilla
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias