El
sol aprendió de la luna a menguar, lo hizo en un momento de confusión y luego
no pudo deshacerlo. Sin embargo, su brillo aunque no fuera resplandeciente...
era su brillo. Es decir, eso no lo aprendió de nadie, porque la esencia del sol
es precisamente ese fuego interior, inexplicable, ininteligible, inajenable,
fuego y nada más, la esencia de su luz, tan simple que se resume en un simple
rayo, de ahí el arco iris que sólo puede ser presagio de maravillas, de ahí la
vida entera.
lunes, 4 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Despedida
El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...
-
Caminando en el bosque, entre tantos árboles me acerco a acariciar uno. Me dice: Sigue caminando, hay una niña perdida. Unos metros adelant...
-
Hace unos meses lloré tanto en una terapia que sentí que se me había secado el alma, no volví a llorar desde ahí, hasta hoy frente al cuad...
-
Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias