No
sé bien si es una manía sólo perteneciente a mí, pero luego de leer de Gabo las
memorias de sus infelices putas, tengo una tendencia violenta a enumerar uno
por uno a todos mis amantes. En ese repertorio perdurable mi caligrafía me
susurra desde el papel:
-¡No
todos son imaginarios!
Es
entonces que cada mañana a las 6 am mientras tomo café dudo de mi cordura y lo
hago también el resto del día (tomo café y dudo de mi cordura).
NOTA:
los escritos constan en tinta azul punta fina.
-Loca
mi
caligrafía insiste, insiste también el papel, pero esta vez en voz alta…
-¿no
ves como las letras vanas se borran?
-bueno,
bueno...
digo yo aturdida mientras reescribo
con la misma tinta punta fina, los nombres que mi memoria construye inspirada
en azul.
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