miércoles, 21 de mayo de 2014

Reflexiones nomás

A veces me pasa que la iglesia me recuerda a una carpa de circo, con un animador, un público, un show.

El vacío intelectual y espiritual de una cultura de consumo, confunde la búsqueda que es de la piel hacia dentro y de la piel al universo. Y antes o después, en casa, todo ese contacto irrespetuoso, intolerante y superficial de patronazgo, me hace pensar que los rituales religiosos en Egomania y no sé si en otras partes del mundo, hacen su buen show para un público seducido por las minifaldas rubias que se pasean en el templo y muchos euros dentro del sobre.

¿Y el mensaje? pague sus impuestos y siéntase por ello noble, venga bien vestido (¿de qué marca es su traje?), aplauda que el espectáculo continua.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias

Sólo si es para mí

Cuando recibo mensajes tan temprano que me despiertan, pienso que seguro debe ser algo importante, sino por qué alguien decidiría cortar el ...