jueves, 23 de octubre de 2014

Quiero oler a café


"Quiero oler a café" Vanessa Padilla 2001

Voy a tomar la primera taza de café, quiero tratar de que lo dulce que pueda haber en mí se pierda en esta taza o en las demás que deberé tomar mientras me dure la noche, hasta que los poros de mi piel expidan el olor amargo del café sin azúcar, para dejar de oler a niña aunque no pueda dejar de serlo...  

miércoles, 22 de octubre de 2014

Reloj sin pauta


Autorretrato. Tinta sobre papel. Vanessa Padilla 2004

He perdido demasiado tiempo entre tristeza y tristeza, tanto así que ya no recuerdo a qué hora abrir o cerrar las vías furtivas en las que ya la sangre se ha espesado por desgano, me acordaré de no perder la memoria sin vacilación ni fundamento y cuando llegue el olvido, como de costumbre, evocaré cuantos recuerdos sean necesarios para volver a divagar cubierta de tonos grises que hablan de la lluvia y sus gotas, o las níveas burbujas de espuma blanca del jabón que se desliza carcomiendo con caricias los rincones más ocultos de los sentidos que latiendo a escondidas intentan develarse sin mirada alguna que logre hacerlos existir.

Hay piel también cubierta de desgano que se dilata con la sangre menos espesa que ha apresurado su correr; en este instante va a toda prisa compitiendo con aquel segundero agotado y arrítmico que ya no marca sino el compás único de su propio latir.

Nada de qué hablar, nada qué decir, todo qué callar.

martes, 21 de octubre de 2014

Te echo de menos


Instalación: "Te echo de menos" Vanessa Padilla 2004

Anoche me di cuenta de que todos los sueños con los que me envuelvo al dormir tienen el olor de las sábanas y éstas huelen a cuerpo porque de ahí es de donde sacan el olor que luego huele a sueño impregnado en sábanas que cubren cuerpos.

Y lo supe porque aún dormida pude notar la diferencia del olor de las sábanas cuando mi sueño sueña un cuerpo o cuando mi cuerpo sueña un olor o un olor sueña una sábana o una sábana huele a sueño, o es el cuerpo el que huele o viceversa... nunca es igual.

Y quise buscar una manera de saber con certeza a qué huele el sueño de la noche que envuelve el cuerpo y el olor con sábanas que dejé en la cama para ir a buscar papel y lápiz que serían mi evidencia para saber al despertar lo que en la noche huele, cubre y sueña el cuerpo.

Aunque al principio no lograba encontrar las palabras, la sensación era clara pero se confundía porque al alejarme de la sábana me di cuenta de que la alfombra olía distinto, y me apresuré tomando nota antes de que sea otro el olor que me envolviera el cuerpo mientras el sueño que antes me cubría en sábanas se mezclara con la pelusa de la alfombra... tuve que darme prisa.

Rápidamente volví dando pasos muy abiertos y esperando que el lápiz no se haya tropezado entre las letras antes de anotar la certeza que buscaría despertarme en la mañana con el olor, sueño y cuerpo con los que paso la noche entre sábanas que huelen a piel incluso cuando amanece.

Nuevamente me acosté para que la noche se acabara pronto y por fin el olor de la almohada anuló al de la alfombra con pelusas, esas no olían a cuerpo, olían a caminos recorridos y a distancias largas, menos mal mi sábana huele a sueños de cuerpo que me envuelven mientras duermo.

En la mañana al despertar tuve el temor de que el olor de la alfombra hubiera anulado al de la sábana antes de que el lápiz hubiese guardado en el papel las palabras que no encontraba porque tal vez se cayeron en las sábanas cuando me levantaba de la cama para buscar el papel que ahora al abrirlo me muestra la distancia que olí en la alfombra, pero que es también el olor que me envuelve en la sábana:

“Te echo de menos”.

jueves, 9 de octubre de 2014

Recorriendo el mundo con la alegría de los niños

En la clase de español pregunté a los niños si querían que les lea uno de mis cuentos, todos dijeron sí, entonces saqué de mi mochila mi pequeño libro, la pequeña Chanelle abrió sus ojos con gran sorpresa, tomó el librito en sus manos y pasándo las hojas dijo:
-¿Este es tu libro? tenía las páginas blancas y tú escribiste en ellas?
-¡Sí!

martes, 7 de octubre de 2014

Despedida

El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...