miércoles, 22 de octubre de 2014

Reloj sin pauta


Autorretrato. Tinta sobre papel. Vanessa Padilla 2004

He perdido demasiado tiempo entre tristeza y tristeza, tanto así que ya no recuerdo a qué hora abrir o cerrar las vías furtivas en las que ya la sangre se ha espesado por desgano, me acordaré de no perder la memoria sin vacilación ni fundamento y cuando llegue el olvido, como de costumbre, evocaré cuantos recuerdos sean necesarios para volver a divagar cubierta de tonos grises que hablan de la lluvia y sus gotas, o las níveas burbujas de espuma blanca del jabón que se desliza carcomiendo con caricias los rincones más ocultos de los sentidos que latiendo a escondidas intentan develarse sin mirada alguna que logre hacerlos existir.

Hay piel también cubierta de desgano que se dilata con la sangre menos espesa que ha apresurado su correr; en este instante va a toda prisa compitiendo con aquel segundero agotado y arrítmico que ya no marca sino el compás único de su propio latir.

Nada de qué hablar, nada qué decir, todo qué callar.

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