martes, 24 de marzo de 2020
Octavo día
En el octavo día se siente aún más fuerte el canto de los pájaros, ya llegó la primavera, el confinamiento no es difícil porque sabemos que es la única manera de protegernos y proteger (el jardín, el sol y el café ayudan). La negligencia, cobardía, mezquindad gobiernan mi país, entonces claro que aunque acá estemos bien, tememos por la gente que amamos, sobre todo por algunitos que no quieren cachar que deben aislarse, les decimos pero no escuchan... y hay quienes prefieren lucrar, chuta, aprovechar una crisis para enriquecerse es algo demasiado turro, la donación de China al Ecuador es un gesto generoso, pero las cifras de la donación no coinciden, el nazi debería saber que nadie lo eligió y devolver lo que se está llevando. Ayer estuve con Tim y Sofía, desde el jardín he visto pasar a Edith con su perrita Jane, riesgo de contagio: cero. Sigo bordando, sigo manteniendo la esperanza a la fuerza.
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