miércoles, 3 de junio de 2020

Septuagésimo noveno día

Hace muchos años conocí a un payaso de hospital que se convirtió en muchos aspectos en un referente importante en mi vida, gracias a él se despertó en mí la conciencia de ayudar a otros, por eso decidí vivir la experiencia de acompañar a mi tío Lauta quien necesitaba mucha atención por su estado de salud. Me fui a vivir con mi tío durante algún tiempo para cuidarlo, le gustaban las uvas peladas y sin pepa que debía yo preparar una a una meticulosamente, también el vino y la cumbia, el orden extremo y las historias del pueblo. Cuando murió tuve en el corazón la satisfacción de haber compartido con él mucha alegría, en la misa pude leer un cuento que le dediqué "Qué le pasa a la muerte que viene lenta" y desde ayer su recuerdo merodea la Casamarilla, tal vez me anuncia que pronto es su cumpleaños. Habrá por supuesto vino y cumbia.

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