Trabajaba en la fabricación un árbol de la vida de 2,20 metros de diámetro, que llamo "Liebesbaum", pero que oficialmente se llama "Wertschätzungsbaum" y que estoy haciendo en equipo como respuesta a la ignorancia, a la exclusión y la tontería. Sentí en el corazón una especie de cosquilleo y vino así:
"Ser criticada y excluida sólo puede ser buena señal. Algo estoy haciendo bien".