Los laberintos con su trayectoria incomprensible exigen cautela para atraer hacia uno el suceso, o para crearlo; lo esencial es la permanente indagación y todos los sentidos vigilantes, prestos a reconocer qué tan lejos se puede estar de hallar lo que se busque, no importa qué, pero deleitándose con cada paso y saboreando cada sorbo de aire que se introdujera por la agitación del recorrido.
lunes, 10 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Despedida
El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...
-
Caminando en el bosque, entre tantos árboles me acerco a acariciar uno. Me dice: Sigue caminando, hay una niña perdida. Unos metros adelant...
-
Hace unos meses lloré tanto en una terapia que sentí que se me había secado el alma, no volví a llorar desde ahí, hasta hoy frente al cuad...
-
Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias