miércoles, 30 de diciembre de 2009

Música (good bye)

¿Cuántas cuerdas afinadas a un no-quiero? Suman trescientas sesenta y cinco desenvueltas en sí mismas, todas rotas, moribundas, vibrando en caricias que no son a mí. Un aliento de silencio, una canción callada, un callar silencioso, un aliento de canción y una canción sin aliento. Una sordidez impropia para quien existe sólo cuando suena. La que debió ser caricia no quiso serlo, pero no basta con tener labios para ser beso. A usted le faltó piel ¿quiere la mía? Quién sabe si me alcance el tono para comprar a 25 centavos una funda de besos, son sólo 2 gotas de azúcar por porción, y no sé si mil porciones serían suficientes para tantas notas absurdas, para tanto desapego. No podrá negar que en el otro lado lo había escrito con un marcador que le hacía permanente el mensaje, pero si eso no le importó, es seguro que unos días después tal vez dude un poco nuevamente porque donde los besos serían tragados se desprendió cada segundo de un par de años sin medida. Apartados los disgustos ya no me sorprende nada, porque nada es todo lo que entiendo, aunque haga un esfuerzo en el que para mi no resulta posible seguir sumergida y es que cada vez queda menos el sabor del sonido sin saber a dónde va o si intenta que todo deje de ser demasiado obvio. Ahora quedan sólo seis.

1 comentario:

  1. Algunas de las obras que formarán parte de la muestra “Instrumentales” de Gabriela Santander y Vanessa Padilla, tienen en común lo literario, lo sonoro y lo visual, en ellas se articulan los juegos de niña, la costura con el elemento del tiempo, los brotes del cuerpo que permiten usar al cabello como una metáfora de lo frágil, lo complejo y lo sutil. Están también los afectos en papel y la retórica en letras azúcar. (del 28 de enero al 27 de febrero de 2010. Centro Cultural PUCE)

    ResponderBorrar

Gracias

Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...