sábado, 9 de octubre de 2010

Cuando parece que la jornada termina, después de 16 horas trabajando, aparece en la puerta el monstruo de volver atrás, como si el tiempo fuera un camino lineal y no sinuoso, y los pasos pudieran darse sin posibilidad de un extravío. ¡Cuán falso! Entonces temo, no al asalto, sino a mí misma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias

Sólo si es para mí

Cuando recibo mensajes tan temprano que me despiertan, pienso que seguro debe ser algo importante, sino por qué alguien decidiría cortar el ...