Voy a tomar la primera taza de café, quiero tratar de que lo dulce que pueda haber en mi, se pierda en esta taza o en las demás que deberé tomar mientras me dure la noche, hasta que los poros de mi piel expidan el olor amargo del café sin azúcar, para dejar de oler a niña aunque no pueda dejar de serlo.
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