Corazón:
Usted
inhala viento y exhala poesía.
Déjeme
que le cuente... había una vez alguien que me tenía harta, lloraba dormida y
despierta hasta que de tan seca se convirtió en sombra, deshidrató su brillo,
su piel, sus labios y lloró tan cerca de mí que su llanto, salado y también seco,
me hizo olvidar lo que usted, Corazón, me recordó esta noche: que también de
alegría se llora.
Usted,
Corazón, me abre la llave de los sentidos y siento la dulce panela en la boca,
la envoltura de la caña en toditita la piel, una vertiente que no quiero secar
porque sabe a la sal de la alegría. Son lágrimas vivas, para que me abrace y
porque me abraza.
Corazón
¡qué hermoso que en una vida haya tanta vida!
...y
si me seco llorando
como
en molino de caña
que
se apague el brillo
con
lágrimas del corazón...
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