El mundo es un hermoso prado, infinito y sin fronteras,
no existen monedas y compartimos todo lo que nos da la tierra;
la única bandera es una rosa blanca dibujada con estrellas,
que brilla como el sol la noche para alejar el miedo y la violencia;
en el día cambia su color a un terso violeta,
refleja su luz en cada puerta con matices que erradican del planeta el deseo de poder y la guerra.
La bondad es la simiente del respeto y tolerancia en nuestra especie,
¿y el amor…? es lo que nos hace hermanos, iguales, justos, imparciales, sabios, sobrenaturales.
Vivimos de la naturaleza sin dejar huella en las selvas,
nuestros mares son tan límpidos como una gota de lluvia sincera,
que se hace eterna en el invierno y rebosa de vida en primavera;
¿y la felicidad…? la felicidad está en el mismo lugar de antaño,
en dar con el ser amado, en un niño, en una canción, en mirar el ocaso y también,
...también en los sueños, como el que acabo de contarte...
Por Luis Manuel Moreno
Quito, noviembre de 2015
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