sábado, 6 de junio de 2020

Octagésimo segundo día

La luna, cada vez que está llena me causa estragos, llega en la noche a inundar la habitación y cuando atraviesa la iglesia vuelve con su reflejo en el gran espejo del armario o en la doble ventana, nosotras no podemos dormir profundo porque vienen y van sueños y pensaderas, anoche habían dos constelaciones, una verde y otra roja, yo debía salir a mirar, cuando volvía-despertaba veía a Sofía sonreír en su propio sueño.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias

Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...