miércoles, 29 de julio de 2020

El nido

 

Mientras el vuelo emprendo, tengo la sensación

De la caricia del viento y frescura del corazón, 

Mi vuelo es cadencioso, lo hago con sutileza,

Pues yo sólo quiero encontrar, espacio para mi hogar.

 

 

De pronto logro escuchar una voz que me decía,

Te puedo prestar mi rama para que hagas tu morada.

Quería saber de dónde aquella voz venía

Hasta que vi un árbol que su ojo me guiñaba.

 

Acudí muy presuroso, le di las gracias y dije:

En una rama escondida, construiré mi nuevo hogar.

Manos a la obra Carl, que por cierto ese es mi nombre,

Con cantos y melodías deja que labre mi lugar.

 

No hay modelo establecido, no hay normas, ni materiales

Cada ave escoge cuáles formarán su propio nido

Es un trabajo admirable, verdadera obra de arte

Fabricada con ramitas, plumas, barro y hojas secas.

                                                                

Ágata es mi pareja, quien anidará los huevos

Para que los polluelos no tengan ninguna queja

Iris, Angel y Rubí son los nuevos integrantes

Que pronto alzarán el vuelo, surcando en el horizonte.

                                                                

Nuestro nido está expuesto a las lluvias y huracanes,

a vientos y tormentas cruentas.

Los cazadores atentos, matar quieren con las balas,

Y aves depredadoras que atacan sin compasión.

                  

Cuando un pájaro hace un nido en el jardín de tu casa,

Considéralo un halago, lluvia de bendiciones.

Tendrás afinadas notas, escucharás su canto.

En cada nido hay canciones, que alegran los corazones.


Marlene Arévalo R. 

 

 

                                                                                                              

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