Una mujer, un río
Por Vanessa Padilla
Camina descalza sobre las hojas desprendidas de los árboles la humedad y el frío suben sus piernas y ella camina contra corriente como buscando la fuente del agua del río, los peces bailan dejando ondas que parecen pinceladas y ella con paso firme continúa su andar, las hojas siguen cayendo y pintando su camino con los colores de la plata de otoño con que Cézanne paseaba por las calles del pueblo, y el río, acompañando su andanza le auguraba un encuentro de reflexión profunda en el que al detenerse ella se vería en esas aguas onduladas y puras para hallarse descalza, desmaquilladora y bien mojada llena de sensaciones grabadas en las palmas de los pies, con las que volverá a casa para escribir con ellas una nueva historia.
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