BOSQUE DE GUAYACANES
Por Marlene Arévalo
Espacio dorado, paisaje amarillo,
Lugar encantado al Sur del Ecuador,
Racimos de flores amarillas brotan de sus ramas.
La lluvia fresca que cae en enero,
Es la que nos brinda este hermoso regalo,
Siete días al año lo podemos disfrutar.
Que no lastimen sus raíces, que nadie corte sus ramas,
Que nadie irrespete el espacio, que brinda tanta alegría.
El aire cálido y perfumado que emanan los arrayanes,
Embriaga a quienes visitan este lugar encantado.
El suave viento sacude hojas, ramas y flores,
Éstas caen al suelo, como formado una alfombra
Que pareciera que al bosque de amarillo lo pintaron.
De las llamas del fuego debemos cuidar,
Para seguir conservando esta belleza natural.
La tierra se conecta con los seres humanos,
Nos cobija, es nuestra protectora.
Le debemos tanto, le damos tan poco
Entidad única y tangible
Que contiene a todos los seres del universo,
Es en la tierra donde inicia y acaba la vida.
De sus entrañas salimos, allá regresaremos,
Cuando así lo quiera Dios.
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