Por Vanessa Padilla
Deseaba tanto tenerlo frente a mí, que cada vez que lo lograba me evaporaba de los nervios, soy así etérea, tengo miedo y la mayor parte del tiempo no tengo idea qué decir, ahora estoy caminando por un sendero de tierra en el que crecen flores silvestres y en mis pensamientos construyo el reencuentro: el desastre que conlleva semanas enteras de frustración y pensadera, tartamudear, regar el café, hablar de cosas vanas, mis nervios me traicionan, pero es la emoción incontenible de un encuentro idealizado, efímero, clandestino y sumamente arruinado como un café que ya no humea o unos ojos que no se pueden mirar fijamente por miedo a descubrir que la abstracción fue en vano. Entonces camino divagando (por aquí anduvimos alguna vez) observo las piedras, el polvo, las lámparas en las calles envejecidas, las paredes de adobe y los dientes de león rodeados de semillas, arranco un ramillete y lo soplo con el deseo más ferviente de retroceder en el tiempo, pero el tiempo no da marcha atrás, es lindo ver volar estas cositas blancas sutiles, pero ¿de qué sirven si no cumplen lo que anhelo? La belleza es tal vez el deseo cumplido, me detengo frente al riachuelo que en ese entonces no nos atrevimos a cruzar, me siento para escuchar el agua y de mi cuaderno arranco algunos cuentos que siempre le escribo, doblo el papel y termino formando 3 barquitos, los echo con ilusión al agua para que me cumplan los deseos del pasado, del presente y del futuro, me doy cuenta de que al anochecer lo he perdido todo, los barcos y la idealización de mis deseos y desde lo alto un destello me recuerda que es hora de volver: -Te veo desear lo inalcanzable, y envolverte en un pasado que solo vos recuerdas, suelta los miedos, los apegos, las añoranzas, sé fugaz como lo soy yo que en este resplandor he podido ver lo que tu corazón guarda, lo que deseas se hará una noche, yo estaré ahí para mostrar el momento, tal vez volveré como luz, como canto, como aroma. Desea muy fuerte un reencuentro menos desdichado, sueña despierta y escribe poemas, que en letras se construye de a poco tu historia. El tiempo apagara la distancia, tranquila, el cielo es el mismo.
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