jueves, 11 de marzo de 2021

Escritura creativa

 Los Nubios

Por Danilo Borja

Hace millones de años existió un pueblo llamado Nubia. Sus habitantes eran diminutos y habitaban en el punto más lejano de un cabo. Llegaron ahí debido a una gran sequía que azotó su región. No podían obtener alimentos ni agua. Se dice que debido a dicha escasez quedaron muy pequeños al mismo tiempo que lograban ser muy longevos. Nubia estaba llena de personajes como en todo lugar. Había herreros, carpinteros, políticos, cantantes, poetas y escritores. De todo un poco. Era un pueblo sumamente pacífico por lo que no tenían ejército. Su única forma de defenderse era a través de un super poder que habían desarrollado a lo largo de los años. Los Nubios aprendieron cómo evaporarse en medio de disputas. Una vez que alcanzaban el cielo, todos los diminutos y pacíficos nubios se juntaban y formaban nubes que articulaban figuras que terminaban apaciguando a sus atacantes y los terminaban convirtiendo en nubios.
Nadie ha vuelto a ver a los nubios en su cabo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, sabemos que siempre están juntos en forma de nubes y que constantemente nos envían mensajes de transformación de guerra a paz. Cada una de sus formas tiene un significado. Por ejemplo, en la última guerra mundial, los Nubios aparecieron en los cielos de Japón y formaron una nube gigantesca que se asemejaba a una hamaca. Todos los japoneses vieron a los nubios posarse sobre su territorio, pero únicamente uno de ellos descubrió la forma que crearon. Era una niña llamada Kira y tenía 8 años. La niña había perdido a su padre en la guerra cuando tenía apenas 6 años y lo extrañaba mucho. Recordaba que cada mañana a las 10 se salía con su padre al parque. Allí ambos jugaban por varias horas antes de acostarse en el césped a observar las nubes silenciosamente. No les importaba que su vestimenta se ensuciara. Nadie decía nada mientras miraban a las nubes. ¿Quién diría que esta actividad salvaría la vida de Kira? Una vez que su padre Murió, Kira continuó yendo al mismo parque a la misma hora que lo solía hacer con su padre. Como siempre, jugaba por varias horas y se recostaba en el césped a ver las nubes. El día en que los nubios formaron la hamaca, Kira había seguido la misma rutina y los observó desde el césped. Su vista era tan fina que veía los cuerpos y las caras de los nubios mientras se fusionaban para formar la hamaca. Cuando la forma estuvo lista, Kira ya tenía todos los sentidos encendidos para recibir el mensaje de los nubios. Ella simplemente sabía que ellos le darían un mensaje. No le tomó más de 3 segundos determinar que los nubios vinieron a advertirla de que una bomba estaría próxima a ser arrojada sobre su país. Después de mirar y agradecer a los nubios, Kira corrió a ver su madre para pedirle que salieran de la ciudad inmediatamente. La niña tenía una serenidad implacable, completamente estoica. La madre inicialmente se negó a salir de la casa. Pensaba que era otra de las locuras de Kira para que le comprara algún juguete. Sin embargo, Kira mostró su rostro más serio y honesto y le dijo, “madre si no salimos en este momento de la casa vamos a morir”. La madre entró en pánico, armó una pequeña maleta con cosas elementales y salieron a tomar el primer tren. Viajaron muy lejos para tratar de abandonar su país. Cuando tomaron un gran buque que los llevaría a Europa se enteraron que una bomba atómica había sido arrojada sobre su pueblo. Kira y su madre se abrazaron a llorar desconsoladas mientras navegaban hacia su nuevo hogar.

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