miércoles, 26 de mayo de 2021

Escritura creativa

Por Vanessa Padilla

El pajarito de azúcar desplegaba sus alas muy temprano cada mañana, estaba hecho de la más fina y dulce caña, sus plumas brillaban como cristales con los rayos del amanecer, su canto desafinaba un poco a veces pero no era falta de talento, sólo que por dedicarse a estar pajareando no practicaba las melodías que debería dominar. Su nido era de nube y como era muy suave dormitaba el pajarito complacido: se estiraba, daba un canturreo y volvía a dormir. 

Colectar trocitos de nube no le fue muy difícil en el tiempo en que construía su nido, lo difícil era transportarlos sin que se convirtieran en gotas antes de entretejerlos. Una mañana en la que realizaba un revoloteo por aquí y por allá, se encontró un cubito de jabón, lo colectó con su pico y se lo llevó a su nube. El pájaro de mantequilla lo veía desde su nido de papel y le preguntó dónde había hallado ese jabón que olía tan rico, el pajarito de azúcar no dudó ni un momento en decir que lo había encontrado en el lavadero de la esquina, pero plin se le quedaba el pico abierto y debía contar hasta 10 para poder cerrarlo, así que le dijo que lo encontró en un costal de harina ¿y qué pasa cuando tu jabón topa la nube? preguntó el pájaro de mantequilla ansioso por que le cuenten sobre las burbujas que de ahí saldrían, pero el pajarito de azúcar sabía que su pico quedaría abierto hasta contar hasta diez, entonces le dijo que se convertiría en vaselina y que la untaría en el tronco del árbol para que los gatos no pudieran subir, el pajarito de mantequilla se irritó pensando que le estaban tomando la pluma, entonces el azucarado se quedó solitario jugando con sus pompas de jabón, el goteo de las nubes formó una pequeña llovizna, pero que caía para arriba porque las burbujas se dejaban llevar por el viento y por el aliento del pajarito de azúcar que trinaba de alegría, desafinaba a veces pero la dicha sin duda valía más. Al atardecer las nubes se habían chorreado por completo, tendría entonces el pajarito que entrelazar un nuevo nido, esta vez de papel maché.

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