UTOPÍA EN EL MAR
Por Marlene Arévalo
Peñíscola, ubicada en España, lugar maravilloso, con un mar azul turquesa que deleita a los turistas y a quienes la habitan.
Adela, una joven de 25 años aproximadamente gusta de caminar diariamente por sus anchas playas, disfrutando el sonido del mar, su olor, su aire, aquella frescura que produce la brisa y todas aquellas sensaciones que transmite, como alegría y nostalgia, realidad y fantasía, sonido y silencio, tormenta y paz.
En una de sus caminatas puede observar una concha gigante muy llamativa, se acerca sigilosamente, con un poco de temor, se decide a tomarla, la revisa detenidamente, en efecto, es una concha de nácar que el mar lanzó a la orilla y en la roca se quedó trabada.
En el interior de la concha, se encontraban grabadas las palabras “Manifiesto a la utopía”
Adela consideró que era un llamado a crear su propio manifiesto, que lo denominó “Utopía en el mar” como un homenaje a su belleza y a las sensaciones que él transmite.
Con frecuencia se preguntaba, cómo sería el fondo del mar, a pesar de haberlo visto en películas como “Mi maestro el pulpo” su mente puede avizorar su grandiosidad, algo así como un imperio.
Empieza imaginando la flora y fauna marina, caballitos de mar, peces con diversidad de formas y colores, ballenas, tiburones, delfines, estrellas de mar, pulpos y miles de especies que disfrutan de un mar limpio.
Es que nadie arroja basura al mar, las playas están limpias, los ríos que en él desembocan ya no están contaminados, la pesca está controlada.
Las lanchas de motor se han remplazado por barcas de remos.
Los animales marinos dejaron de estar amenazados.
La tranquilidad del mar no vuelve a ser amenazada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias