sábado, 23 de abril de 2022

"Una Mirada a la Resistencia Latinoamericana desde la Pintura, el Teatro y el Rock Duro"

 Del color y otros demonios: La pintura como resistencia

 

Por Vanessa Padilla A. (Cantariega)

Estudiante de la Université Paris Nanterre. 

Études Romanes: Espagnol

 

SALUDO

Buenas tardes-noches, aquí en Granada ya es el día siguiente, y desde este rincón del mundo, sin fronteras, sin banderas, doy las gracias a todas y a todos quienes nos acompañan, y a Danilo por la gentileza de invitarme y permitirme el honor de compartir este espacio con Mariana y Santiago a quienes tengo ansias de escuchar.

 

Soy Vanessa Padilla, artista plástica latinoamericana. Hace 28 años, cuando el libro “Cartas a Thèo” de Vincent van Gogh, llegó a mis manos, supe que el camino del arte sería mi camino y lo empecé a recorrer idealizándome como si fuera una “discípula” de ese gran maestro, y por él es que finalmente fui a parar en Auvers sur Oise, donde instalé mi taller y mi vida, en el pueblo en el que “el maestro de los girasoles”, como yo le llamo en mis cuentos, vivió sus últimos 70 días. 

 

Con la lectura de ese libro, empecé a dar mis primeras pinceladas acompañada de quien es para mí el principal referente vivo, no solo de técnica pictórica y dominio teórico, sino también de perseverancia y sensibilidad, es mi gran amigo pintor y un gran maestro: Tomás Bucheli, a quien le quiero dedicar esta intervención.

 

Durante los próximos minutos voy a presentar algunas reflexiones sobre la importancia de la pintura y sus cualidades expresivas, y los desafíos de un oficio que es en sí mismo un instrumento de lucha y de reivindicación.

 

Se titula: 

 

Del color y otros demonios: La pintura como resistencia

 

INTRODUCCION

 

La RAE define pintar como: Representar algo en una superficie con líneas y colores.[1]No es culpa del diccionario que no alcance a abarcar todo lo que las palabras significan. Sobre “pintar”, re-presentar tiene connotaciones de mirada, de postura, de técnica, talento, composición, de contexto. 

 

Ese “algo” que se re-presenta, tendrá una carga simbólica, una factura, una lectura deliberada, una narrativa. La superficie, el formato, el gramaje, el tipo de líneas, la combinación de colores, los matices, las tonalidades... 

 

“Hay mucha tela por pintar” para abarcar este verbo que podría ser sinónimo de rebelarse con b grande y revelarse con v pequeña.

 

PRIMERA PARTE

La importancia de la pintura y sus cualidades expresivas

 

Quiero citar a Cortázar, quien, en La vuelta al día en ochenta mundos, incluye un cuento llamado -Yo podría bailar ese sillón- dijo Isadora,que trata de la obra del artista Adolf Wölfli y su locura, y en este relato toma la frase del alemán Lichtenberg:

 

(...) si quisiera escribir sobre cosas así, el mundo me trataría de loco, y por eso me callo.

 

En esta frase pesimista Lichtenberg prefiere callar, y lo que es más grave aún que darle al mundo el poder de censurarlo: se autocensura. 

 

Todos aquí sabemos que callar no es opción, y aunque el mensaje fuera amargo, sutil, violento, esperanzador o desesperado... manifestarse es fundamental y es precisamente el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, un canal maravilloso y estratégico para encaminar la fuerza de lo que tiene que ser dicho, porque no basta con decir, hay que decir con intensidad.

 

Van Gogh decía:

 

Preferiría no decir nada, a expresarme débilmente.

 

Cuando hay convicciones, ideas-ideológicas, como decía Galeano, la voz se alza para decir lo que hay que decir, sin tibiezas, el arte permite que incluso la violencia no lastime, pero se manifieste.

 

Mi alma me dictaba una vez la imagen de un volcán en erupción, el Cotopaxi sacando con toda su fuerza la furia, la frustración de generaciones de dolor, de injusticia, de acoso... Este volcán explotando ¿es destructor o purificador? ¿es acaso menos dañino tener toda esa furia dentro? En la tela, plasmado, el volcán puede desgarrar-construyendo, puede destruir-creando, puede matar-dando vida.

 

Lo que se re-presenta en una tela, cartón, madera, muro o piel, es un reflejo de lo que acontece en la vida, la pintura cumple no solamente un rol estético, también político, de registro, de denuncia... Pintar es convertirse en un filtro por el que se cuela una nueva forma de mirar la realidad, y que se transmite sin las barreras del idioma, aunque presenta otras limitaciones como veremos en un momento.

 

La sociedad nos pone frente a los ojos mucho para re-presentar, y cada fragmento de realidad que se representa a través del arte, no es solamente o necesariamente el resultado de tener “inspiración”, porque como dice la canción de mi amado músico Luis Quiroz: la inspiración esesquiva

 

Es un arduo trabajo el trabajo creativo: implica confrontar la realidad para ofrecérsela a un público y dependerá de éste lo que pase después.

 

Entre los distintos géneros de la pintura, creo personalmente que el retrato es el de mayor fuerza, los rostros se inmortalizan, sobre todo los rostros del pueblo, los rostros de la gente, los rostros sencillos, arrugados, tiernos, no los del poder, sino la mirada y las manos del que trabaja, del que labra, de quien teje. Igual el paisaje, que es también como un retrato, aunque ninguna pintura pueda rebasar a la naturaleza en perfección, en la Pacha mama se juntan los pueblos a cantar, a comer, a soñar y eso también es revolución y el retrato de estas irreverencias dice mucho, grita, erupciona.

 

SEGUNDA PARTE

Los desafíos de un oficio que es en sí mismo un instrumento de lucha y de reivindicación.

 

Si bien el lenguaje pictórico, puede traspasar ciertas barreras que a veces la palabra no osa transgredir, porque las lenguas tienen sus límites, se encuentra con otras limitaciones desde lo social, académico, lo identitario.

 

No hay fiesta en las familias cuando alguien anuncia su decisión de ser pintor, el arte en general es una profesión que crea incertidumbre sobre el campo laboral, y hay el típico “te vas a morir de hambre”. Llevo 28 años involucrada y jamás vi a nadie morir por ser artista.

 

En la academia se me caían las ilusiones cuando en vez de tener mis clases de pintura debía asistir a la conferencia “La pintura ha muerto”, yo estudié en una facultad donde la coordinadora académica decía no entender para qué la gente estudia arte. Cinco años después, que es lo que entonces duraba la carrera, sabía que si me quería graduar tendría que responder a lo que la academia exigía, y me encontré haciendo performance, videos, instalaciones... pero también pintura. 

 

La frase de van Gogh dice así:

Si escuchas una voz en tu interior que dice “no puedes pintar”, entonces pinta por todos los medios y esa voz será silenciada.

Mi adaptación de la frase, queda así:

Si escuchas una voz que dice “no debespintar, la pintura ha muerto, te vas a morir de hambre”, entonces pinta nomás para que tu voz no seasilenciada.

Cuando Ana María Armijos, la entonces directora de la Fundación Museos, donde yo trabajaba en Quito, me encargó una misión en Nueva York, encontré por primera vez en el Museo Metropolitano las telas de Van Gogh, después de que me reanimaron por mi desmayo, retomé los pinceles y recuperé la fe en el arte. La fe que los 5 años de academia intentaron extinguir. Los genios de la academia te enseñan que la artesanía es menos que el arte, que el artesano es menos que el artista y un montón de tonterías que luego hay que desaprender. 

 

Pero entre las limitaciones del aprendizaje de las artes plásticas, está el costo, la educación es un privilegio en América latina, y más allá de si es en un espacio académico o si se aprende de manera autodidacta, en nuestra América accedemos a las obras de arte casi únicamente a través de las ilustraciones de los libros, y aunque las dimensiones estén anotadas al pie de la imagen, es difícil hacerse una idea real de las dimensiones, es imposible analizar realmente la técnica de una obra en un libro, no tiene punto de comparación, nuestros museos... hacen lo que pueden, pero estamos en total desventaja frente a las ofertas pictóricas, museísticas de otros lugares del mundo. 

 

La lucha por el acceso al conocimiento es ardua, la universidad es un lujo, los libros de arte son un lujo, el material de arte es un lujo... y todo eso es la materia prima de nuestra labor. Entonces, apostarle a la pintura es una inversión tipo lotería.

 

Van Goghdice que:

 

El arte es un combate. En el arte es necesario hasta jugarse la piel.

 

Y en nuestra América es literal, las dificultades para la realización de trabajos pictóricos, a parte de que en la misma academia te impiden trabajar para desarrollar tu técnica, tienes que ejercer un montón de profesiones paralelas para poder pagar el material con el que pintas, porque es carísimo, porque es importando, porque las tiendas no tienen la variedad, la marca: Es un lujo pintar. Y luego debes gestionar los espacios en los que puedes exponer tu obra, y luego tienes que venderla, y ojalá logres venderla a un precio que justifique las horas de trabajo, el material, etc. 

 

Cuántas telas están almacenadas en el taller o en el cuarto sin poder mostrarse, porque eso es parte del camino que hay que andar, saber hacer no basta, producir no basta, mostrar no basta, tiene que llegar, tiene que conmover, causar algo, romper algo y tiene que venderse. 

 

Las limitaciones están en pagar el arriendo, en instalar un taller, en lograr cubrir necesidades básicas, como comer y a veces, alimentar a la familia.

 

En la mayoría de casos, me contaba Tomás, según un informe de la UNESCO, los artistas somos nuestros propios auspiciantes, entonces la obra se tiene que vender, pero cuánto puede producir un pintor en el Ecuador, en América latina, que tiene que ejercer todas las profesiones posibles para paralelamente poder pintar. 

 

Para permitirnos el lujo de pintar a veces hay que ser profesores, lo cual es hermoso, pero ¿aprendes a pintar para enseñar a pintar o para pintar vos mismo? y al final nos formamos para enseñar a los que enseñarán después a los que enseñarán después. 

 

Eres pintor o profesor de arte, mesero, das talleres, y si eres mamá y descubres que la crianza compartida es un discurso moderno happy, que no tiene nada que ver con la vida real (pero ese tema sensible no lo voy abordar). Con suerte puede ser que esas profesiones alternas se vinculen con el arte, pero también puede ser que no.

 

¿Expones, participas en salones? los requisitos para participar y competir son de una burocracia, y qué tipo de obras son las que ganan los concursos, quienes son parte del jurado. ¿Las instituciones hacen algo para fomentar la producción artística? ¿los artistas nos sentimos respaldados, aceptados, acompañados? y luego, entre artistas, el ego, la genialidad y el blabla bla.  

 

CONCLUSION

La pintura no es vital, pero sí es vital.

 

Muchas gracias.

 



[1]REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <https://dle.rae.es> [16/04/2022].

 

 

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