... El azúcar pretende endulzar un café que se rehusa a ser ultrajado, más allá del tiempo que el agua tarde en hervir o la boca en sorber la temperatura alta de las escenas de cercanía. Está tendida en la cama la misma cobija desgastada donde los conejos ninguna vez vomitados y los te quieros nunca dichos fueron acogidos con tristeza...
TRATO de imaginar tus textos dejando de tomar un color que sepa a tostado de ritmos que se entrecrucen al al calor de algun ritmo un poco ant{iguo que suene a aromas de canela por la mañana y me permitan saber quien habla detras del espejo.
ResponderBorrardejame tomar otro sorbo
Igor:
ResponderBorrarespero que pueda haber un sorbo cada día, uno con diferente sabor pero con aroma similar a lo precedente, eso es inevitable. Estás invitado a beberlos al ritmo que quieras, a bocados grandes o cortos. bienvenido.
En mi tierra donde siempre llueven lucesitas de algodon y las colillas cantan desafinadas, solemos decir que cuando una niña dice sus cuentos sentada a la orilla de puertos que no son ni uno ni otro; es cuando algo está por venir.
ResponderBorrarTus textos me dicen de un devenir incierto, ni voy ni vengo tal ves a la mitad u otra forma de llegar
estando sin estar o quizas como Alicia creciendo para estar más pequeña aún.
Felicidades en el nuevo año Vanessa.
Ahora ser pequeña se vuelve mágico... no siempre lo entendí así,,, pero procuraré crecer hacia adentro de hoy en adelante,, esta nueva ruta me va a llevar lejos, lo presiento.
ResponderBorrarja ja ja hay sabores que no condicionan el cielo azul Vanessa y el futuro ya pasó
ResponderBorrarte veré en el anterior encuentro