No sé si ese roce de lodo era una caricia pero creo que de alguna forma despertaba un exceso desordenado de no tener ideas, y no pude recordar cuándo fue la última vez que una caricia se había ahogado en mi ombligo. Decidí levantarme para tejer unas medias-secas y una cobija con las agujetas de las llaves que se tragó la puerta.
martes, 29 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Suerte
Últimamente he escuchado de voces generosas la frase: "Es una suerte tener una mamá artista", parece que explicara algunas cosas...
-
Caminando en el bosque, entre tantos árboles me acerco a acariciar uno. Me dice: Sigue caminando, hay una niña perdida. Unos metros adelant...
-
Hace unos meses lloré tanto en una terapia que sentí que se me había secado el alma, no volví a llorar desde ahí, hasta hoy frente al cuad...
-
Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias