Qué bueno que en un año la vida pueda transformarse tanto, las personas que debieron irse se han ido, las que debieron llegar han llegado, la armonía, la música, el propio respeto, son mis nuevos huéspedes de la vida. Qué bueno que un año más tarde todo sea tan perfecto que ni en los sueños lo habría podido construir. Adiós a lo que se fue, bienvenida la alegría.
Cómo cantar puede hacer que la piel tenga luz.
Thomas, eres la única pieza que me falta.
sábado, 18 de septiembre de 2010
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