Eso que tú eres, es un sonido que mi idioma no abarca, que mi contextura no sostiene, eres lo que mi boca no sabe pronunciar. No te ubico ni en un sonido gutural, pero sí que vibras y mi cuerpo entero lo hace contigo. Canta, hazlo, y luego calla, porque del silencio surgen los adjetivos con que puedo nombrarte intentando, sin éxito, darte una definición. Cuando las palabras no alcanzan para nombrar algo es cuando se ha llegado a lo poético, esas letras que nos unen no tienen lengua más que aquella que lame los sonidos de lo que no alcanzamos a decir, con tu voz o la mía, con cualquier canción.
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