miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mensaje a Caballo de Madera

Querido Caballo de Madera:
No dejes de llevarle a recuperar de los duendes los sueños,
si se pierde entre papeles,
que sea en los que él mismo imprime
con tintas que salen de la ropa sólo con tijera.
Ah! y dile que le extraño
y extraño hablar horas y horas
sobre cómo lograr que la educación cambie.
¿Es que él cabalga hacia el mismo rumbo?
Dile que no tarde en subir a ti
para volar de ida y vuelta
hasta donde yo le espero.

Princesa

martes, 17 de diciembre de 2013

Mensaje para el Señor Cantor

Señor Cantor:
Tengo letras de mi tinta azul para su canto.
Mándeme algunos sonidos rasgados que Ud. tan lindo combina.
Regáleme de sus acordes lo que le queda, lo que no necesita.
Yo le regalo mis tintas (azules), mis letras, mis nubes...
después tal vez un día le regale mi voz, no prometo nada
pero sería esta voz que canta, que dice la verdad
y... esta mano que acaricia, la derecha
(la izquierda esta regalada)
puedo ser feliz de acariciar su guitarra en sueños
y a Ud. ni en sueños tocarle (... bueno...)
es una deuda que nos tenemos.

Bajaría la cuota si ud. me manda sus notas para mi canción.
Mi dirección Señor Cantor: vannesa_p@yahoo.com

lunes, 16 de diciembre de 2013

jueves, 12 de diciembre de 2013

Flores del mundo

Cada día trae consigo un diccionario, dos libros de gramática, tres de literatura, una bolsa con lápices y marcadores y un cuaderno de trabajo.

Dos años de dibujar en las nubes.

Pero hoy empecé el día escribiendo una carta, con la que inicia un proyecto sobre nubes, no al respecto de las nubes, sino uno así, utópico y bello, diseñado sobre el momento etéreo entre soñar, tomar café y morir de frío.

La carta fue enviada, la respuesta tal vez venga volando.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Auvers sur Oise

Una delgada película de nieve
que aún no es nieve
cubriendo la vegetación y los tejados del pueblo,
qué importa que se llame invierno o infierno
es que no hay frío intenso cuando brilla el sol
aunque sea un sol falso, la luz llega.

martes, 10 de diciembre de 2013

En la carretera

En un momento de frustración sabía que no tiene sentido compartir mi ira con quien me acompañaba, entonces salí, furiosa, incontenible y sabía que quería romper y gritar y sacar toda la violencia de mi adentro, es mejor así, que salga y que no se quede, me encontré un árbol, iba hacia él para golpearlo, no podía más, y estando cerca, me llené de vergüenza, y lo acaricié, y le pedí perdón y vi su textura, el árbol me abrazó, aún sin moverse y pude llorar.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Vuelos

La Haya, diciembre de 2013

Chachai estas tierras, donde la vida les dio plata pero les quitó el sol.

Todo tiene un lujo, un detalle chic, un costo bien alto, un sabor exquisito... pero un viento frío, y yo flacucha cubierta de toda la lana que entraba en mi mochila, una sobre otra hasta volverme inflexible y casi inútil, me lleva el viento en la dirección opuesta al Museo de Escher, allá quiero ir hoy a volarme en las ilusiones ópticas, en los juegos y en la simetría.

Ayer hallé cobijo en una especie de planetario donde la WWF proyectaba un film hermoso sobre la cultura musulmana, fue como volver a Tánger a perderme en las callejuelas angostas, y luego cruzar el Sahara donde no caminé para tener excusa de volver un día, como si la belleza del color de las ropas y las pieles de las personas no fueran suficiente motivo.

Estuve copiando después frente a las obras de Vincent y Paul, lo que los lápices de color pueden alcanzar aunque no lograrán nunca ser pinceles.

El mar y el viento se unieron, no sólo bailaron, se enfurecieron, unieron fuerzas para azotar y desprender cada cosa de su lugar, porque hay que tener las raíces bien puestas para no salir volando sin voluntad.

Bonita ciudad es ésta, que pone a tela de juicio si lo que me mantiene de pie son las piedras en los bolsillos para no volar con el viento, o si suelto las piedras y vuelo pa' ver a dónde voy a parar.

Yo ya boté las piedras siempre, y el viento me trajo hasta aquí. Con o sin voluntad, eso ahora no sé porque llueve y cuando llueve yo no sé bien, sólo dejo que llueva.

Despedida

El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...