martes, 24 de junio de 2014
Canto
Dejé la música, no porque quisiera hacerlo, nada me dolió más, pero entre cantar y soportar diariamente acosos, tomé mi decisión, no con más madurez que miedo, cuál madurez si era una niña, una guambra asustada que no podía entender, ni preguntar qué pasaba, pero nunca dejé de cantar, sin voz, pero con el alma, mi repertorio crecía aún sin sonar, hasta que casi diez años más tarde llego la oportunidad como un regalo y canté con todo, ahora no puedo imaginar mi vida sin la música. No volveré a perder diez años. Ni loca.
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