Una comunidad que se mantiene indiferente a los hechos que en el fondo reconoce injustos, es copartícipe. La pasividad de los pueblos latinoamericanos ya nos ha costado mucha sangre, y sin embargo, lamentablemente hasta hoy, fuera de la ficción, seguimos siendo el escenario de violaciones y abusos, contra la naturaleza y los seres humanos.
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