jueves, 9 de abril de 2020

Vigésimo cuarto día

Recibí un regalo maravilloso de mi amigo J. un pequeño tesoro digital para aprender y sobre todo para continuar una de las misiones por las que elegí esta experiencia de vida. Además mi prima está completamente recuperada, después de más de un mes de lucha, y pronto sabremos si su hijo también. El confinamiento me demuestra, entre otras cosas, que mi problema no es la falta de tiempo sino de organización, que guardo muchas cosas que no uso, que me molesta mucho el ruido, la lentitud y el desorden, y lavar los platos, pero que un confinamiento como el mío es privilegiado ya no por el jardín sino por la sonrisa de la Sofía que se expresa no sólo en la boca, sino en el brillo de los ojos y los brazos abiertos y el cuerpo entero, una sonrisa integral, una alegría inconmensurable. Alguien muy querida atraviesa momentos difíciles, su dolor nos da dolor a todos en la familia, y mi país entero está sumido en la desesperanza, esto pasará, debemos mantenernos a salvo y fuertes porque luego tendremos que trabajar mucho para levantarnos, por ahora el amor es lo que nos salva, mañana también.

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