viernes, 8 de mayo de 2020
Quincuagésimo tercer día
Los viernes son días importantes para mí, me traen sueños recurrentes, entonces ir a dormir es como acudir a una cita. Hace algunos días descubrí que el miedo se fue, me lo dijo mi cuerpo, pero queda la preocupación, los rituales son una ayuda enorme para afrontar esta angustia por las personas que amo. En la mañana la Sofía jugaba con tierra, entonces recordé uno de los juegos más hermosos, mis juegos de agosto, mi mami nos llevaba cada año a Malacatos en Loja, pasábamos las vacaciones ahí y en la esquina frente a la casa de la abuelita Petito estaba la tienda de la Marita, mi amiga del alma, con la que pasamos la infancia modelando ollitas de barro, les poníamos flores y nos sentábamos a jugar, los años fueron pasando y ella se volvió cada vez más brillante, bonita, comprometida y dulce, ahora mismo su nombre está en mi mandala pues entre mis personas amadas está Marita, mi amiga del alma.
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