sábado, 11 de julio de 2020
En las clases de yoga a veces lloro, la meditación y los ejercicios me ponen muy sensible. Hoy la gurucita nos dijo que nos diéramos un abrazo a nosotros mismos, y me abracé bien fuerte, lloré porque en ese abrazo sentí por un momento el abrazo de todas las personas a las que tanto extraño y en quienes tanto pienso. Abrazarles, piel a piel, algún día, será un regalo muy grande de la vida, mientras tanto me abrazo fuerte para sentirles. Lloro, sí, porque soy llorona, pero también porque reconozco mi nostalgia, mi angustia y mi amor.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Kermesse
Hoy en la kermesse de la escuela estuve ayudando en el stand de maquillaje, como sería mi primera vez maquillando me había entrenado unas se...

-
Del color y otros demonios: La pintura como resistencia Por Vanessa Padilla A. (Cantariega) Estudiante de la Université Paris Nanterre....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias