domingo, 5 de julio de 2020

Instrucciones "chiquitas" para llorar

Si el lector es llorón como su servidora puede dejar de un lado los motivos, si no, bastará una mirada introspectiva por todo lo que quiso hacer y no hizo, por la gente a la que quizo abrazar pero lo limitó el pudor o el orgullo, por toda persona a quien quisiera acoger, ayudar, salvar, amar cuando un océano los separa. Piense, brevemente, en que a la patria la gobiernan delincuentes, que lo hospitales han colapsado, que muere gente buena, que los miserables campean, piense en que no representa más al país que tanto ama, que el último café donde no dijo lo que sentía no volverá a repetirse. Abra un periódico y lea las cifras truqueadas, la corrupción de los políticos y jueces (llore de rabia), mire al cielo y pida a las nubes una señal, mire a la luna desbordada de eclipses y poemas, mírese al espejo directamente a los ojos y pida a sus nubes una señal, coloque su mano en el corazón y añore la patria, la familia, los amigos, los pueblos, las montañas, las frutas y al último café donde no dijo lo que sentía y que no volverá a repetirse. O escuche a Atahualpa Yupanqui.

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