LIENZO EN BLANCO
Por Marlene Arévalo
Un lienzo en blanco es un desafío que nos permite sentir emociones agradables y muchas veces temor, brinda la oportunidad de expresar sentimientos, de inspirarnos, de plasmar aquello que nos gusta, la esperanza como una experiencia enriquecedora para el alma.
Tres inquietos niños se pusieron a jugar, cada uno tenía un pincel, una paleta y un color (amarillo, azul y rojo) su objetivo era pintar un lienzo en blanco, el reto consistía en descubrir qué pintaba cada color.
Uno de los niños dijo: -el color azul es muy importante, porque pinta el mar abierto, despejado, profundo y sereno, pinta el cielo, el infinito, es un color que relaja, tranquiliza y nos da paz.
El niño que portaba el color amarillo presumía que su color daba luz al universo por ser el color del sol, de los trigales maduros, de las flores silvestres, del maíz y de la miel. Es usado por famosos como el señor Van Gogh, quien pintó los girasoles, con un intenso amarillo, que a Vanessa tanto gustan.
El niño del color rojo dijo su color representaba el amor, que rojo es el corazón, la sangre que nos da vida, energía y vitalidad. Rojo como las fresas, las cerezas y las flores.
Luego de descubrir las bondades de cada color, todos llegaron al punto que los tres tienen su encanto, también su propio lenguaje, a veces sin decir nada, hermosos mensajes dan.
Un lienzo en blanco también representa la vida, cada uno elige los colores con los que la quiere pintar, hay quienes eligen oscuros y grises y las lágrimas los diluyen.
Sin embargo, otros prefieren colores claros, brillantes y luminosos, que brindan felicidad, energía y buena vibra.
Hay quienes dibujan trazos débiles y fuertes, pinceladas rectas y curvas, texturas rígidas y flexibles, colores cálidos o fríos, se parecen a los que cada individuo emana.
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