...como si no bastara con que mi oreja derecha no pudiera evitar estremecerse con sus labios que la tocan y no a la vez (mi cuello entero puede atestiguar lo que escribo) ¿A dónde se fue el tiempo desapacible que no se deja sentir? De vez en cuando abro los ojos y gira todo el mundo alrededor nuestro, como ejes de una noche que no tiene más espacio que el vuelo inhóspito que termina en pleno ascenso: se baila mejor sin un piso fijo.
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