Si la puerta mantiene su candado entonces no es ahí donde ella deba adentrarse, tiene en sus bolsillos millones de llaves pero no sabe qué acceso quiere abrir. Es un error la necedad, es un error no saber que los caminos se van abriendo, entonces que mantenga la calma, ya será realidad lo que sólo parece posible.
sábado, 6 de marzo de 2010
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