Beni-Mellal, es un espejismo a pocas horas del Sahara, con castillos y
vertientes de agua; es donde descubres que no es justo transgredir de la
religión sus normas. No puedes tocar, ni besar, entonces toca elegir entre el
deseo o el respeto, y es este último, el respeto, una manifestación de amor… y
de más deseo.
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